La pediatría goza de un elenco de creencias inverosímiles imposibles de desterrar.
Cuando trabajaba en atención primaria aún dedicaba tiempo a explicar las cosas como son (o al menos como son según los estándares del conocimiento científico actual).
Pero ahora, desde el box de urgencias, no puedo dedicar mucho tiempo a explicaciones. Sobre todo porque considero que no es la urgencia el lugar ni soy yo el pediatra indicado. Creo que cada paciente debe hacer caso a lo que le dice su pediatra. Y como alguien pregunte mucho se va a llevar una buena retahíla de contestaciones contradictorias.
Hoy, sin ir más lejos, viene a la urgencia una madre que me cuenta la enfermedad actual de su hija, y apostilla: "yo creo que todo esto (todo esto son infecciones respiratorias) le viene de cuando estuvo ingresada de recién nacida, porque le pusieron unos antibióticos de amplio espectro, y desde entonces su sistema inmunitario está débil". La niña tiene dos años, así que ya ha llovido. Me dan ganas de contestar, en plan medicina de la vecina (y además es cierto): "pues mi hija de cuatro años también estuvo ingresada con un antibiótico de amplio espectro, y está sana como un roble". Pero no contesto. Me quedo callado y asiento con la cabeza. Tal vez haya algo de cierto en su afirmación (aunque sinceramente no lo creo; pero como dudo que nadie haya evaluado el sistema inmunitario a los dos años de los niños que recibieron antibiótico de amplio espectro durante el periodo neonatal: me callo).
Así que probablemente en los últimos dos años estoy colaborando a plasmar pensamientos más cerca de la brujería que extraídos del método científico.
Aunque un buen tema para el debate es si hemos sido nosotros, los médicos, los responsables de esas creencias.
5 comentarios:
No sé dónde leí que el cerebro humano es un experto en formar teorías globales a partir de pocos datos, que así nuestros antepasados se anticipaban a presas o predadores; y que esta tendencia a la “gestalt” también facilita la explicación mágica de hechos sobre los que no tenemos datos suficientes.
Así que, en un asunto de tanta importancia como la salud es natural que todo el mundo tenga su propio “cuerpo de doctrina”, formado a partir de los datos considerados más fiables por cada uno: la propia experiencia y la de sus personas de confianza y las opiniones de los “magos de la tribu” (incluidos los numerosos expertos de la tele, radio, prensa e internet, y reforzado por las contradicciones de los propios profesionales y por los sofismas de los pseudocientíficos (cada vez más populares). A mi parecer, para empezar a influir de verdad en ese cuerpo doctrinal hay dos maneras: o consideran que estás de su parte o que eres un “mago”, o sea, o has conseguido respeto por ser cotidiano o por ser reconocido como un “lumbreras”. Y esto lo descubrieron los publicistas hace mucho.
Saludos (y disculpas por lo largo del comentario).
Ay, yo no soy doc pero si madre... y a mi si que me ha tocado pelearme con la mitad de mi parentela "sabionda" por comentarios como ese!!
No me la doy de experta ni mucho menos, día a día aprendo de gente que si sabe y por sobre todas las cosas, no hablo como si tuviese autoridad cuando no sé sobre algo.
Estoy casi segura de que con un simple "no creo que esté relacionado" puedas contrarrestar un poco el efecto de estos 'saberes populares'.
A mi no me ha funcionado, debe er porque no tengo título profesional... pero "me lo dijo el pediatra" a continuación fue la solución divina. =D
Saludos!
Mi madre me cuenta que de pequeño me acostaba boca abajo por prescripcion medica y ahora mi pediatra me recomienda que acueste boca arriba a mi hija.
Supongo que ambas afirmaciones tenian una base que las argumentara, pero esa base ha evolucionado con el tiempo, supongo que por tener mas conocimientos.
Lo que si me gustaria es saber como algunas de esas creencias o bulos han llegado a ser conocidas como que los niños estiran con fiebre o que la mayonesa se corta si una mujer la hace cuando tiene la regla (?????) que se la contaban a mi mujer su madre y su abuela.
Gonzalo, soy Álvaro Sánchez. He visto su blog y, de momento, sólo sé que es un pediatra humanista y que escribe bien. Me gustaría hacerle una entrevista de última página para Diario Médico. Le dejo mi correo electrónico para ponernos en contacto, si le interesa. Un cordial saludo
alvaro.sanchez@diariomedico.com
No sabes cuanto me interprestas
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