Como veis empiezo el año como lo terminé, con ciertas dificultades para tener actualizado el blog. Ésta que acabo de escribir, para mi consuelo, es una de las frases más repetidas de los blogs que sigo.
Y como tengo una cuñada que se ha propuesto este año leer más los blogs, y como tengo un hermano que se ha propuesto escribir más en su blog (y no hay quién lo pare), aquí me encuentro, dispuesto a cumplir también mis propósitos de Año Nuevo. Porque como ya dije en una ocasión: soy de esos que hacen propósitos.
Aunque si soy sincero tengo que decir que el de actualizar los blogs no entra dentro de mis propósitos. Y como no me importa compartir parte de lo que vivo os voy a escribir mis propósitos, por si aún hay alguien pendiente de hacerlos y le pueden ayudar.
Primero he de decir que la clave para poder cumplir los propósitos está en que sean pocos y realizables. Yo he de decir que los míos son pocos e irrealizables, así que sólo un cincuenta por ciento de mis propósitos son propósitos como tienen que ser.
En fin, sin más dilación, y como andaréis ansiosos de conocerlos (?) aquí van, son sólo dos:
Primer propósito: dormir ocho horas, salvo cuando tenga guardia claro (en cuyo caso mi objetivo es dormir 9 ó 10... es broma, por si hay algún despistadillo). Os diré que en lo que lleva de año ya he conseguido cumplirlo dos días. No está mal ¿eh? Y una cosa que he observado cuando duermes lo que debes es que sueñas más (o sueñas lo mismo, pero te acuerdas de lo soñado porque probablemente tu despertar es más fácil que ocurra en la fase REM, supongo). El mundo de los sueños es apasionante. Entre otras cosas ha dado de comer a muchos psicoanalistas. Y por si hay algún psicoanalista leyendo le voy a contar un sueño que tuve, que es mi favorito, y que es el sueño que todos han deseado soñar, y que sólo algunos hemos conseguido. Es curioso, pero con frecuencia me acuerdo de sueños que tuve incluso cuando era pequeño. Bueno a lo que voy: un día soñé que jugaba al fútbol en la selección española de fútbol. Podéis pensar que es simplón, pero es fantástico. Pero precisamente esa es otra de las observaciones que he venido haciendo últimamente. El ser humano, tras el halo de complejidad que le queremos otorgar, es bastante simplón. Otra cosa que he observado últimamente, y que me preocupa, es que cuando digo que las mujeres son muy complicadas todas me dan la razón. Todavía no ha habido ninguna que me contradiga. Y no me negaréis que es un poco sospechoso que no tengan problema en aceptar algo que se supone que es un defecto. Tal vez ellas efectivamente no sean tan simples...
Segundo propósito: escuchar. Éste es el típico propósito vago, impreciso, que nunca debería hacerse. Pero yo lo he hecho, y a lo hecho, pecho. Escuchar a todos: pacientes, enfermeras, compañeros...
Y bueno, aunque no esté en mi lista de propósitos intentaré actualizar más el blog. Al menos una vez por semana...
3 comentarios:
Buen pro´posito el de la actualización
Al leer tu post me he dado cuenta de que esta Navidad, creo que por primera vez en mi “vida responsable”, no he hecho ningún propósito para Año Nuevo. Y me ha dado un repelús… Así que, aunque no sea más que para espantar la bicha, mi propósito para el año en curso va a ser el tener propósitos para el año que viene.
Pero Guillermo, ese propósito es para el año que viene. Habrá que hacer alguno para este año. ¿Crear un blog...?
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