miércoles, febrero 04, 2009

De cómo conseguí salir del asqueo

A raíz del último comentario de anónimo en el anterior post voy a explicar cómo conseguí, en mi caso, salir del asqueo.
Porque tengo la sensación de que anónimo no es el único pediatra con síntomas de "burn out" (que parece que uno está más quemado todavía si lo escribe en inglés). Y no es sólo la sensación, he padecido ese malestar fruto de mi última estancia en atención primaria, donde cada semana era posible escribir un nuevo post cargado de sinergia negativa.
Aunque ya desde hace tiempo quería dedicarme a la neonatología y tenía claro que la primaria no era mi sitio, hubo un momento en que la continua lucha contra los pacientes (léase padres) se me hizo insufrible y vi claro que tenía que cambiar, y tuve la suerte de tener esa oportunidad, y cambié.
Así que esa es una opción: cambiar.
¿Y si no es posible cambiar? ¿Es posible seguir dedicándose a la pediatría con gusto, a pesar de los pesares?
Yo creo que sí, aunque ahora lo digo desde la cómoda postura en la que no padezco síntomas de desilusión y "queme".
Durante mi proceso de "quemamiento" utilicé unas estrategias mentales que a veces me ayudaron, y otras veces no, pero que paso a relatar, por si aún hay alguien que está a salvo del suicidio científico.
La mayoría de los niños vienen injustificadamente a la consulta: yo así lo creo. Así que lo que hacía era intentar dar a cada uno lo que se merece. Por poner un ejemplo: niño de 3 años con tos y mocos de 2 días de evolución, con fiebre de hasta 38,5 º C, saltando en la consulta, sin signos externos de dificultad respiratoria y sin ningún otro sígno ni síntoma preocupante. Ese niño (que en algunas épocas tal vez suponga más de un 50% de la consulta) no debería llevarme más de 2 minutos en consulta. No lo desnudaba. Le levantaba un poco la camisa (arrastrando el jersey y el abrigo si era preciso), y hacía que le auscultaba. Con un rápido movimiento fingía también que le miraba los oídos y la garganta, y listo. Todo con amabilidad. Recomendaba suero fisiológico para la nariz en caso de obstrucción nasal y antitérmicos. Y brevemente (mientras me despedía) le decía signos ante los que debería acudir (incluso a veces osaba a recomendarle que otra vez, si sólo tenía esos síntomas no hacía falta que volviera).
Otro caso: niña de 8 meses con fiebre de hasta 39,5 º C sin otra sintomatología. La exploraba como se merecía. En caso de buen estado general y no descubrir foco tras la exploración le pedía un análisis de orina y luego actuaba en consecuencia.
Por otro lado me buscaba estímulos para mantenerme al día, porque la pediatría realmente me apasiona. Por esa razón hice varias cosas:
- Suscribirme a Uptodate (a fecha de hoy para mí la mejor fuente de información médica)
- Iniciar un blog de casos clínicos (el cual está destinado a morir porque me estoy quedando sin fotos...)
- Me anotaba cualquier cosa que me hubiera surgido como duda en la consulta y trataba de buscar la solución (por ejemplo, puede que una madre te pregunte: ¿es mejor la alarma o la desmopresina para la eneuresis?)
- Hacía 3 guardias al mes, que me permitían el contacto con residentes y especialistas. Los residnetes han sido siempre para mí un estímulo para estar al día y para intentar enseñar algo.
- Me metí en dos foros pediátricos, uno de neonatología (NICU- net) y otro de discusiones pediátricas al que se accede desde Medscape (el registro es gratuito).

Otra de las cosas que hacía era no perdonar el café con los compañeros de trabajo.
Pero con esto y con todo reconozco que no logré superar el acoso al que me sentí sometido, aunque supongo que en algo se palió.
En fin, son algunas ideas, por si a alguien le sirven.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Admiro, Gonzalo, su singular empuje para combatir el asqueo. En mi caso reconozco que algunos pasos similares he dado, conel matiz de mi gusto pesonal, claro. Pero esos pasos no me conducido a la tranquilidad sino a la anetesia parcial. Formarme mejor, formarme más, meterme en otros foros lleva un tiempo importante, especialmente si se hace bien. Después de una consulta en la que se ha lidiado sola en el coso con no menos de 80 padres y la presión de la ingerencia, perdón, he querido decir gerencia, pues qué quiere que le diga, la formación, la guardia, mis 6 hijos y mi padre anciano, la hipoteca, el coche con 11 años y un pleito gordo porque mi perro le mordió gravemente a mi vecino ... imagine.

Llevo 6 meses dedicada a la depilación laser. Tengo 35 años y la sensación de que debí hacerme ingeniero de minas, bailarina de coro o payaso de circo, cualquier cosa menos pediatra.

Disculpas por llenarle el blog de energía negativa, aunque es ahora cuando más gano y más tranquila vivo.

Guillermo dijo...

Todo lo comentado es así, claro es. Sin embargo, si se tiene un cupo con un número razonable de tarjetas (condicionante básico) la atención primaria puede ser también enriquecedora. A los que vayan a dedicarse a ella, pudieran serles útiles estas reflexiones:
La formación continuada es esencial, por cualquier medio, pero hay que mantenerla siempre.
El respeto de los niños y de los familiares, nunca de todos, eso es imposible, se gana tras mucho tiempo trabajando en la misma zona. No lo pretendáis a corto plazo sólo porque sois buenos científicos y hábiles profesionales.
Aprended a aprender de vuestros errores, que los cometeréis, leves y graves; pero no autojustificaros, asumirlos e identificar la causa del fallo.
Aprended de vuestros pacientes, seguirlos en los distintos procesos, y ser capaces de captar la variabilidad de las enfermedades en cada persona.
Si nosotros queremos curar a los niños, más lo querrán los padres: ser empáticos, buscar los temores ocultos que justifican alarmas exageradas,
Las madres son los mejores aliados en el diagnóstico y el tratamiento del niño: haced caso a sus preocupaciones y evaluarlas adecuadamente. Si no os ganáis a la madre, el tratamiento puede que no se aplique correctamente o lleven al niño a urgencias, a otros médicos o “paramédicos” .... (claro que ésto no significa “sí a todo”, ojo).
No sigo, porque me extiendo mucho. Pero así, tras muchos años, y si tenéis suerte, habrá una mayoría de la población que os dará un margen de confianza, y unos niños que al crecer se acordarán de vosotros con afecto.
Saludos a todos.

cristobal dijo...

Enhorabuena por el blog. No lo conocía, y estaba buscando blogs pediátricos.

Llevo 14 años (cómo pasa el tiempo) dedicándome a la pediatría de atención primaria y en ocasiones me he sentido como tú describes. Sobre todo en esas estaciones epidémicas donde el rotavurus y el VRS unen sus fuerzas para "derrotarnos" :-).

Sí, en ocasiones yo también me desanimo. Pero hay que rehacerse, porque al fin y al cabo nuestros niños merecen lo mejor. Y ellos no son responsables de que sus padres los traigan por banalidades (el 90% o más de las consultas de pediatría de AP, para qué engañarnos).

Mucho ánimo y me pasaré más por aquí.

Cristóbal
Pediatra
ABS Girona-4 (ICS)
http://www.pediatriabasadaenpruebas.com

Anónimo dijo...

Me encanta tu blog y por lo que escribes eres una buena persona y un excelente profesional.Sigue así, amando tu trabjo y no dejandote llevar por "burn-out".Doy gracias a Dios, porque hay gente tan maravillosa como tú.
Soy la de la fmf.Un saludo

Emilio dijo...

Hola Gonzalo!
He leido tu blog y me parece muy entretenido. Soy estudiante de medicina de la facultad de Granada. He comentado alguno de los casos clínicos de tu otro blog. Una de las especialidades en las que no me importaría acabar es en pediatría, por eso te animo a que continues tan bien como siempre en algo tan requerido y demandado por los opositores a MIR.
Un gran saludo desde Granada (y si te aburres alguna tarde te animo a que comentes mi blog)

Anónimo dijo...

Gonzalo!!!!!!
que llevas mas de un mes sin escribir...
y hay mucha gente que le gusta leerte (me incluyo!)
un abrazo fuerte.
Pedro

Natho47 dijo...

Sin embargo no hay que dejar de tocar y auscultar eso es mágico para todas las madres.

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