jueves, diciembre 24, 2009

Feliz Navidad

Llegó el frío, y con él la nieve. Vino la nieve, y con ella la Navidad.
Así, casi sin darnos cuenta, entre guardia y guardia llegó la Navidad.
Y esta Navidad me voy a hacer figurita del Belén. Y como no podía ser de otra forma me voy a hacer pediatra de Belén.
Un pastor, con la cara arrugada y curtida por el viento se me acerca nervioso:
- Te llaman, corre, en la cueva: que nace el hijo de María.
Me acerco, como suelo acercarme a los partos: rápido, pensativo, sereno.
Hace frío. Al lado de María está José, nervioso, que toma su mano suave. La mira con cariño. Se muere de ganas de ver al niño.
Observo la escena. No hay nada especial: ni la estrella, ni la mula, ni el buey, ni el río.
Me echo a un lado, callo y miro.
Nace el niño. Llora. Me aparto. Llora también María, feliz. Se acerca José, que besa a María, y después al niño.
Está todo bien, tengo que irme. Me gustaría quedarme pero no quiero molestar. Pronto me doy cuenta de que me olvido de esas sencillas palabras que tanta tranquilidad han dado a tantas madres. Así que regreso. Me acerco a María:
- "Está todo bien", digo tímido.
María me mira y sonríe. Ella sabe que nunca lo he hecho, pero esta vez no lo puedo evitar, no quiero evitarlo, y cojo al niño. No lo exploro. Sólo lo beso... y lo miro.

lunes, noviembre 23, 2009

Creencias imposibles de desterrar

La pediatría goza de un elenco de creencias inverosímiles imposibles de desterrar.
Cuando trabajaba en atención primaria aún dedicaba tiempo a explicar las cosas como son (o al menos como son según los estándares del conocimiento científico actual).
Pero ahora, desde el box de urgencias, no puedo dedicar mucho tiempo a explicaciones. Sobre todo porque considero que no es la urgencia el lugar ni soy yo el pediatra indicado. Creo que cada paciente debe hacer caso a lo que le dice su pediatra. Y como alguien pregunte mucho se va a llevar una buena retahíla de contestaciones contradictorias.
Hoy, sin ir más lejos, viene a la urgencia una madre que me cuenta la enfermedad actual de su hija, y apostilla: "yo creo que todo esto (todo esto son infecciones respiratorias) le viene de cuando estuvo ingresada de recién nacida, porque le pusieron unos antibióticos de amplio espectro, y desde entonces su sistema inmunitario está débil". La niña tiene dos años, así que ya ha llovido. Me dan ganas de contestar, en plan medicina de la vecina (y además es cierto): "pues mi hija de cuatro años también estuvo ingresada con un antibiótico de amplio espectro, y está sana como un roble". Pero no contesto. Me quedo callado y asiento con la cabeza. Tal vez haya algo de cierto en su afirmación (aunque sinceramente no lo creo; pero como dudo que nadie haya evaluado el sistema inmunitario a los dos años de los niños que recibieron antibiótico de amplio espectro durante el periodo neonatal: me callo).
Así que probablemente en los últimos dos años estoy colaborando a plasmar pensamientos más cerca de la brujería que extraídos del método científico.
Aunque un buen tema para el debate es si hemos sido nosotros, los médicos, los responsables de esas creencias.

jueves, noviembre 12, 2009

Seguimiento de los niños prematuros

Hoy en consulta, viendo a un niño que había sido prematuro me pregunta la madre que cuándo pueden ir visitas a su casa.
Me quedo perplejo, porque no recomendamos que no reciban visitas (no sé si deberíamos), aunque sí les decimos que no vaya nadie enfermo, con gripe A y esas cosas.
El caso es que la madre muy graciosa me dice: mira, hasta dentro de 3 semanas no le tocaba nacer, así que yo le digo a la familia que es como si no hubiera nacido: antes les enseñaba ecografías y ahora les enseño fotos...
Y no está mal pensado.

miércoles, octubre 28, 2009

Hablar con los hijos

Pocas cosas aprende uno en la vida, porque parece que no hay tiempo para aprenderlas. Y andamos siempre de aquí para allá, corriendo hacia ningún lugar.
Y en un afán de ser buenos padres (porque todos tenemos ese deseo, lo hagamos luego bien o mal) nos gusta hablar con nuestros hijos, y nos gusta preguntarles qué tal les ha ido el cole, si se lo han comido todo (yo esta pregunta me la ahorro, ya que algún día hablaré del niño que "no come"), si han jugado con tal amigo... Y a veces les avasallamos con preguntas. Pero hace un tiempo me he dado cuenta de que los hijos no son tan felices contándonos sus aventuras como escuchando las nuestras. Y a raíz de contar cosas de mi trabajo no es raro que sea yo el avasallado por mis hijos:
- ¿Qué has hecho hoy en el trabajo, papi?
- Pues hoy vino una niña pequeña, muy enferma, que no dejaba de convulsionar.
- ¿Y qué es convulsionar?
- Pues que todo el rato hacía movimientos de los pies y los brazos, así...
- ¿Y qué habéis hecho, papi?
- Pues le hemos dado medicinas, pero no había forma de que se le quitara.
- Pues entonces teníais que darle trescientos jarabes...
Y sin más hemos seguido hablando de otras cosas.

miércoles, septiembre 23, 2009

El lenguaje

Cuando yo era pequeño empecé a escribir un diccionario con palabras inventadas. Con el paso del tiempo te das cuenta de que esa pequeña tontería que un día se te ocurrió se le ha ocurrido también a muchos de tus amigos.
Lástima que no guarde aquellas hojas.
Y es que el lenguaje es algo fascinante. Qué pena que con el tiempo cada vez lea menos, y cada vez cometa más faltas de ortografía. Tengo la suerte (según cómo se mire) de tener un hermano filólogo, que siempre nos corregía en casa cuando cometíamos alguna barbaridad lingüística. Y eso, junto al "- 0.5" de los exámenes, fue un estímulo para intentar escribir bien; pero cada vez me resulta más difícil, y cada vez me entran más dudas (es probable que en estos tres párrafos haya al menos unas cuantas faltas. Faltas como las que uno oye en la consulta cuando los padres inventan un nuevo vocablo. El otro día un padre me dijo que su hijo tenía "fiebrinina". Aguanté la compostura y le pregunté si se refería a febrícula. Son clásicos el "Aspiretal" o el "Deisi" (quien tenga hijos sabrá a qué me refiero). Y tal vez la más graciosa fue la de "trotavirus" por rotavirus (supongo que será un rotavirus juguetón).
Pues yo, que ya tengo mi edad, confieso que desde hace un tiempo sueño con introducir una nueva palabra en el diccionario. Y he pensado que desde este rincón podía darle cierta propaganda. La palabra es "rindruejo", y se refiere a esos trocitos de comida que se quedan entre los dientes. No tiene copyright ni nada de eso, así que cuando queráis podéis empezar a utilizarla en vuestra casa.
Otro aspecto fascinante del lenguaje es el de poder crear frases únicas. No me refiero a esas frases famosas que han pasado a la historia, sino a frases que jamás nadie en la vida ha pronunciado, y a pesar de eso todo el que conoce el lenguaje comprende lo que significa. Por ejemplo (uf, qué nervios, voy a intentarlo): "al ir a apagar el micrófono me di un golpe con el lápiz rosa que estaba encima de la agenda". Y os puedo asegurar que es muy probable que nunca nadie en la vida haya pronunciado esas palabras, y vosotros las habéis entendido. Y es más: estoy convencido de que si alguien hace una búsqueda en google de "apagar micrófono lápiz rosa" en primer lugar aparecerá la entrada de este post, espero.
Y con el paso de los años, tal vez cien, tal vez doscientos, cuando alguien teclee en google "origen de la palabra rindruejo" también aterrizará por aquí...

miércoles, septiembre 09, 2009

Comienza un nuevo curso

Menudo título tan original he escogido para este post. Y es que cuando uno se levanta con la cabeza fresca...
Hace no mucho (por Navidades) un amigo me preguntó: ¿Tú eres de ese tipo de personas que hacen propósitos en el Año Nuevo? Como si se pudiese dividir a la población entre los que responden que "sí" y los que responden que "no".
He de reconocer que yo soy de los que "sí", y también los hago al comienzo de un nuevo curso. Así que aquí estamos de vuelta. Bienvenidos a los que os acabáis de incorporar y saludos para todos los que os asomáis a este rincón. Comienzo el curso tras unas merecidas vacaciones con mucha ilusión y muchos proyectos.
Es cierto que al poco de volver de vacaciones te "caen" unas cuantas guardias. Como si trataran de quitarle a uno de sopetón toda esa ilusión, pero conmigo no van a poder.
Algún día os contaré los mil métodos psicológicos que he ido utilizando durante mi existencia para enfrentarme a las guardias sin dolor. De hecho algún día escribiré algún libro que se podría titular algo así como Guardias hospitalarias, un camino hacia alguna parte.
Y una de las cosas que tiene el inicio del curso es el comienzo de las guarderías.
A pesar de unos cuantos años intentando convencer a los padres del mal de las guarderías, no lo he conseguido. Conozco padres que están dispuestos a tratar a su hijo lactante durante meses con dosis moderadas de corticoides inhalados, singulair, varios ciclos de corticoides orales; pero que no son capaces de sacar a su hijo de la guardería o de dejar de fumar. (Lo de dejar de fumar no viene ahora a cuento, pero ahí queda, por si hay más personas de esas que hacen propósitos al comienzo del curso...)
Y todos los años la misma historia. Aunque en general "todo el mundo es bueno", siempre aparece el padre desquiciado que te acusa de tu incapacidad para curar a su hijo del séptimo catarro. Y cuanto dejas entrever que tal vez si no llevara al niño a la guardería no se pondría enfermo con tanta frecuencia te miran con cara de desprecio, con un gesto que te acusa como pediatra incompetente, inútil y charlatán.
Lo digo porque ya ha empezado la temporada. Y ya he visto cómo los padres no se fían de que el origen de los males procede de la guardería. Aunque reconozco que yo también me sorprendo todos los años, y es que apenas han pasado dos días y ya algunos han cogido el maldito catarro.
Y es que estos virus, nuevos o viejos, siempre andan dando bastante guerra a los niños, a sus padres, y a los pediatras.
Aunque hoy un padre me ha explicado que no es la guardería, sino que su hijo suda mucho, y claro: ha cogido frío...

viernes, septiembre 04, 2009

Gripe A: Ante todo mucha calma






Copio textualmente de la página web http://gripeycalma.wordpress.com/ algo con lo que estoy completamente de acuerdo.
Durante los últimos meses los profesionales sanitarios que mantenemos blogs hemos reflejado en ellos la inquietud que vive nuestra sociedad con la denominada pandemia de gripe A. Los médicos venimos constatando en las últimas semanas una afluencia importante de pacientes a las consultas demandando información. También hemos visto cómo algunos documentos y entradas de nuestros blogs salían del circuito sanitario habitual y se difundían por Internet. Esos dos hechos nos han llevado a un grupo de profesionales sanitarios, cuyo único denominador común es escribir en blogs o bitácoras, a redactar la toma de posición que a continuación se puede leer:

¿Qué es la gripe A/H1N1?
La gripe A es una enfermedad que cursa de forma leve en la gran mayoría de las personas. Está producida por el virus influenza A/H1N1 del mismo género que el virus de la gripe común. Puede producir fiebre y síntomas como dolor de cabeza y muscular, malestar general, congestión nasal, tos y a veces síntomas digestivos (nauseas, diarrea).
La gripe A tiene los mismos síntomas que la de todos los años.

¿Cómo se contagia?
Como la gripe común, se contagia muy fácilmente porque se transmite a través del aire por medio de pequeñas gotitas que emitimos al hablar, toser o estornudar. Cuando hablamos de “pandemia” queremos decir que hay muchas personas afectadas, en muchos países diferentes. Eso se debe a que se trata de un nuevo virus A, y es más fácil el contagio.
Pero que sea muy contagiosa no quiere decir que sea más grave.

¿Cómo se diagnostica?
Existe una prueba diagnóstica rápida para distinguir tipos de gripe. Pero para el diagnóstico de la gripe A tienen poca sensibilidad (aproximadamente un 35%). Eso quiere decir que de 100 personas con gripe A sólo detectaremos a unas 35 (test positivo). La mayoría (65) darán un resultado negativo para gripe A. Es decir, que aunque se tenga un test negativo, si se tienen síntomas gripales la causa puede ser la gripe A.
Y lo que es más importante: las recomendaciones para cuidarse serán las mismas, independientemente del tipo de gripe. Por esta razón, no es útil hacer una prueba diagnóstica en una gripe leve o moderada.

¿Cómo puede evolucionar la gripe A?
Con los datos disponibles de los miles de casos detectados en todo el mundo hasta la fecha, se puede afirmar que la inmensa mayoría de las personas pasan esta gripe con síntomas leves o moderados. Se debe mantener una especial vigilancia de la evolución de los síntomas en personas con enfermedades crónicas descompensadas, niños menores de seis meses y en pacientes de riesgo más elevado (inmunodeprimidos).

¿Cómo podemos actuar para prevenir el contagio?
Las recomendaciones básicas son dos:
1. El lavado de manos frecuente (por ejemplo, lavarse las manos 10 veces al día ha demostrado disminuir a la mitad el riesgo de contagio).
2. La higiene respiratoria (toser o estornudar sobre un pañuelo de papel desechable y lavarse las manos a continuación, toser o estornudar sobre el brazo si no se dispone de pañuelo para evitar el contacto con la mano, evitar el contacto cercano o íntimo cuando los síntomas de la enfermedad son evidentes).
No está claro si el uso de mascarillas evita la propagación de la epidemia. Solo se recomienda usarlas a las personas enfermas mientras están en contacto con otras personas y a sus cuidadores. Igualmente no se ha aclarado si el uso de fármacos como oseltamivir (Tamiflu®) o zanamivir (Relenza®) puede prevenir el contagio. Existen algunos estudios en instituciones cerradas y contactos familiares con beneficios muy pequeños. Teniendo en cuenta que se trata de una gripe leve y que estos fármacos tienen efectos secundarios, en general, no se recomienda su uso.
La vacuna contra la gripe común no funciona para la gripe A. Aún no se ha terminado de desarrollar una vacuna para la nueva gripe con totales garantías de seguridad y efectividad. La situación actual, en relación con el número de personas afectadas y el número de muertes, no justifica una alarma social.

¿Qué hacer si aparecen síntomas?
Los síntomas son los mismos que los de la gripe de todos los años. La gripe, como dice la sabiduría popular, “dura siete días con tratamiento y una semana sin él”.
Deben solicitar atención médica aquellas personas que tengan molestias graves: dificultad al respirar, dolor importante en el pecho, alteraciones de la conciencia (sensación de aturdimiento o desmayo), un empeoramiento repentino o un empeoramiento pasados 7 días del inicio de los síntomas. En el caso de los niños, la edad inferior a 6 meses, la respiración acelerada o la fiebre que dura más de tres días ( 72 horas) hace recomendable evaluación médica.
Pero probablemente la mayor parte de las personas tendrán síntomas leves y acudir al médico no aportará ningún beneficio. Todo lo contrario: la saturación de los centros de salud y hospitales puede dificultar una correcta atención a enfermos graves por la gripe o por otros problemas de salud.
Por ello, las personas sanas que presenten un cuadro gripal sin ningún dato de complicaciones pueden realizar un autocuidado con garantías en sus domicilios con las medidas habituales: buena hidratación, buena alimentación y buena higiene.
Si uno está enfermo, los cinco primeros días conviene no acudir a lugares muy llenos de gente para evitar contagiar a otras personas. Y recordar las medidas recomendadas: no “toserle” a nadie, estornudar en la manga o en un pañuelo de un solo uso y lavarse las manos varias veces al día.

Si aparecen síntomas, ¿es necesario tomar algún tratamiento?
Aunque la fiebre no es peligrosa en sí misma, los antitérmicos como el paracetamol o ibuprofeno pueden ser útiles para aliviar el malestar que produce. Los medicamentos antivirales han demostrado muy poca eficacia en las infecciones por virus gripales comunes, disminuyendo menos de un día la duración de los síntomas. Respecto a esta gripe no hay estudios que demuestren su eficacia.
Por estas razones, su uso deberá ser restringido a los pacientes que sufran complicaciones o aquellos con alto riesgo de sufrirlas. En un paciente sano, los riesgos por los efectos adversos del fármaco pueden superar a sus beneficios.

¿Y en el caso de embarazo?
Siempre se ha sabido que el embarazo supone un pequeño incremento del riesgo para las complicaciones de la gripe (cualquier tipo de gripe). En caso de fiebre o síntomas de gripe, es recomendable consultar con un profesional sanitario. De todas formas el riesgo sigue siendo bajo y la gran mayoría de los embarazos transcurrirán de forma saludable.

Conclusión
Durante la pandemia de gripe A seguirá habiendo infartos de miocardio, apendicitis, insuficiencia cardiaca, diabetes, crisis de asma, enfermedades psiquiátricas, fracturas de cadera, accidentes y muchas otros problemas de salud que requieren atención de los profesionales de la salud.
El comportamiento sereno, paciente y tranquilo de los pacientes, los medios de comunicación, los profesionales sanitarios, los dirigentes políticos y los cargos con responsabilidad en planificación y gestión del Sistema Nacional de Salud son esenciales para que funcionen bien los servicios sanitarios y estos puedan dedicarse a los enfermos que lo necesiten.
Listado de blogs participantes

Amantea: http://amantea.blogia.com/
ATensión Primaria: http://atensionprimaria.wordpress.com/
Bloc d´un Metge de Familia: http://metgedefamilia.blogspot.com/
Blog de los farmacéuticos rurales: http://www.farmaceuticosrurales.blogspot.com/
Crónicas de Mil en Uno: http://milenuno.blogspot.com/
Docencia en Plasencia: http://docenciaenplasencia.blogspot.com/
El blog de saname: http://elblogdesaname.blogspot.com
El consultorio : http://ccbaxter.wordpress.com/
El cuaderno de Epidauro: http://elcuadernodepidauro.blogspot.com/
El Gerente de Mediado: http://gerentedemediado.blogspot.com/
El Supositorio: http://vicentebaos.blogspot.com/
Equipo CESCA: www.equipocesca.org
El GIPI http://www.infodoctor.org/gipi/
Humana: http://medicablogs.diariomedico.com/humana/
Inquietudes en Primaria: http://medicablogs.diariomedico.com/inquietudesap/
JMF: vocación y realidad. http://medicablogs.diariomedico.com/medicosjovenes/
Medicina y Melodía: http://medymel.blogspot.com/
Médico Crítico: http://medicocritico.blogspot.com
Mi Pediatra: http://mipediatra.tk
Mi Pediatra 2.0: http://jomurgar.wordpress.com/
Miles de piedras pequeñas: http://megasalva.blogspot.com/
Museo de la ciencia: http://museodelaciencia.blogspot.com
Mondo Medico: http://mondomedico.wordpress.com/
Nemo Contra: http://nemocontra.blogspot.com/
Pediatra de cabecera: http://pediatradecabecera.com/
Pediatría basada en pruebas: http://www.pediatriabasadaenpruebas.com/
Pella de Gofio del Dr Bonis : http://pelladegofio.blogspot.com/
Pharmacoserías: http://pharmacoserias.blogspot.com/
Polimedicado: http://polimedicado.blogspot.com/
Primum non nocere: http://rafabravo.wordpress.com/
Quid pro quo: http://borinot-mseguid.blogspot.com/
rqgb’s point of view: http://rqgb.wordpress.com/
Salud Comunitaria: https://saludcomunitaria.wordpress.com/
Salud con cosas: http://saludconcosas.blogspot.com/
Saludyotrascosasdecomer: http://saludyotrascosasdecomer.blogspot.com/
Saludyotrascosasdevivir: www.proyectonets.org
Sinestesia Digital: http://sinestesiadigital.blogspot.com

martes, julio 28, 2009

No será gripe A, ¿verdad?

El otro día vi a un niño de unos 20 meses, que era traído a urgencias porque tenía fiebre y vómitos.
Tras la anamnesis y exploración cuidadosas no detecté ningún signo ni síntoma sugerente de gravedad, por lo que le di el alta.
Pero al darle el alta me quedé perplejo cuando la madre me preguntó: no será gripe A, ¿verdad?
A lo que respondí: con fiebre y vómitos me preocupa que pueda tratarse de una meningitis bacteriana. Pero ahora mismo no parece.
Si es o no es una gripe A: no lo sé; pero francamente me importa bastante menos.

jueves, julio 16, 2009

Errar es humano

No quería hablar más sobre este asunto, pero después de leer los comentarios de algunos de los lectores de los periódicos digitales voy a escribir mi comentario, aquí.
Que se cometen errores en las unidades neonatales debería ser algo conocido. Me atrevería a decir que se cometen muy frecuentemente. Y no es que lo diga yo, sino que así lo publicó una revista especializada en Neonatología.
Los españoles tenemos muchas cosas buenas. Pero debemos reconocer que somos muy viscerales. Y también somos muy dados a la improvisación.
Ante situaciones como éstas, antes de soltar lo que a uno le viene a la cabeza creo que lo que hay que hacer es reflexionar.
Mi reflexión:
Como médico sólo me interesa conocer las causas que llevan a los errores y poner los medios para disminuirlas (ya que evitarlas completamente es imposible).
Y en este caso concreto una de las causas para mí está clara. Güemes afirma que la enfermera estaba "capacitada" y contaba con las "destrezas" necesarias para su puesto. Y es evidente que no.
He sido testigo en mi hospital de cómo enfermeras no capacitadas han cargado con la responsibilidad de asumir ser la única enfermera de la unidad neonatal, habiendo en ella niños que precisaban cuidados intensivos. Es verdad que los trapos sucios se limpian en casa, pero también es verdad -y ahora he sido más consciente- de que nos jugamos la vida de los niños, y eso son palabras mayores.
Sientiéndolo mucho me permití regañar a la enfermera que asumía esa responsabilidad: una excelente profesional, joven y preparada. Ella, entre lágrimas, me contaba cómo se sentía entre la espada y la pared. Supongo que no son decisiones fáciles; pero creo que yo no me iría mañana a la unidad de cuidados intensivos de adultos, aunque me lo pidiera el mismo gerente del hospital. Y es duro, pero hay ocasiones en que hay que saber decir que no.
Creo que la enfermería no goza actualmente del respeto que se merece. Sin ir más lejos en mi hospital no tienen acceso a internet (supongo que no vaya a ser que le dé por estudiar...)
En fin. Lo siento mucho, fundamentalmente por el pequeñín (que es quien más va a pagar esta situación).
Pero lamento que un único acontecimiento no va a llevar a cambiar las cosas. Menos cuando leo las reflexiones de Güemes. No hay nada como no reconocer los fallos para no avanzar.

domingo, junio 07, 2009

Inspirado en hechos reales

Juan y Manuel son iguales. Bueno, iguales no, parecidos. Bueno: no tan parecidos.
Juan es aparentemente normal, y Manuel es tonto. Bueno, no tonto: retrasado, aunque todavía no ha podido demostrarlo. Tiene síndrome de Down.
Dentro del útero todo es calma, aunque Manuel parece un poco caprichoso, y se pasa el día de aquí para allá, sin ninguna finalidad. Juan tiene ganas de decirle que parece tonto; pero por una parte no sabe hablar, por otro lado está todo tan oscuro que sólo nota sus vaivenes y no es capaz de ver que su hermano es retrasado. Y claro, si le viera nunca diría que parece tonto. Además tiempo habrá para que la vida le enseñe que su hermano para nada es tonto. Porque digan lo que digan: su hermano es el mejor hermano del mundo.
Pero Juan y Manuel no saben que fuera de este mundo estamos los listos, los que hemos terminado alguna carrera, los que tomamos decisiones importantes, aunque difíciles.
Y se ha tomado una decisión de mutuo acuerdo (no entre Juan y Manuel, claro, sino entre médico y paciente): es mejor matar a Manuel dentro del útero y que no viva. Supongo que para que no sufra, aunque Juan le iba a querer mucho. No es tarea difícil, se le estrangula el cordón umbilical y se muere, porque Manuel aguanta muy poco debajo del agua sin respirar.
Pero a Juan no le ha gustado la idea, y echa de menos los vaivenes de su hermano. Ha llorado tanto que sus lágrimas han inflado su bolsa amniótica hasta reventarla, y ha nacido antes de tiempo.
Ha vivido poco. Ha sufrido mucho. En pocos días Juan también se muere.
Los médicos creen que ha muerto por su prematuridad, pero Juan sabe que están equivocados: porque Juan se ha muerto de pena.

sábado, mayo 23, 2009

Sorpresas

Quizá no os vais a sorprender, pero yo todavía me quedo perplejo ante cosas que pueden pasar en este mundo de la pediatría. Y ya hace tiempo me di cuenta de que aún me queda mucho por ver.
Hoy iba tranquilamente, caminando por un pasillo del hospital cuando creo divisar al fondo a tarzán. Lo veo acercarse a la fuente de agua fresca que se encuentra en medio del pasillo y compruebo que es el padre de un niño que se está paseando con el torso desnudo, como si nada.
Sé que soy un anticuado, y que ahora se lleva el "yo hago con mi cuerpo lo que quiera" y tal y cual; pero no me negaréis que es un espectáculo entre esperpéntico y rocambolesco ver a un padre recién estrenado paseándose de tal guisa.
Aunque en el fondo se lo agradezco, porque gracias a él nos hemos reído un rato.
Y no tiene nada que ver, pero si no lo digo reviento: estos días todos los niños, aunque tengan 12 meses, con mocos no tienen catarro, tienen alergia, o al menos sus padres quieren que se le hagan las pruebas.
Y os he de confesar (que tampoco tiene nada que ver) que hoy no he llevado la contraria a una madre que estaba convencida de que su hijo tenía fiebre de 39 º C porque estaba creciendo. Tal vez me ha pillado un poco cansado, y por eso me he limitado a contestarle que "tal vez". Así que si alguien os cuenta que el pediatra le dijo que la fiebre de su hijo era porque estaba creciendo, ese pediatra soy yo.

jueves, mayo 07, 2009

Todo en uno

Nunca me llamaron la atención de los productos en los que anuncian: "2 en 1". Como por ejemplo: champú y suavizante.
Más tarde hubo unos aguerridos que lanzaron algo más atrevido: 3 en 1, que se se hizo famoso. Ahora bien, si alguien os preguntara qué son los "3" ¿lo sabríais?
Últimamente he visto algún anuncio en televisión, de alguna crema, que anuncia ser "7 en 1". Estaréis conmigo en que eso es un proyecto ambicioso.
Pero el otro día, al poner el lavaplatos, descubro que en el envase de las pastillas (que hasta ahora nunca habíamos comprado) pone: "todo en uno". Y eso ya sí que me ha parecido la leche. Porque todo: es todo. Eso sí que es no andarse con chiquitas.
En fin, trucos del marketing, supongo. Aunque lo que más me llamó la atención, en cuanto al marketing publicitario, es el de aquel champú contra la caída del cabello en el que se podía leer "si ve que le sale mucho pelo: suspenda el tratamiento..." Y supongo que más de alguno picaría.

miércoles, abril 15, 2009

Pintar, pintar, pintar sin parar

Perdona que no haya actualizado últimamente el blog. Es que he estado pintando una habitación.
Sí, no te rías. O acaso eres tú de esos (de esos de los que era yo) que piensan que pintar una habitación es dar dos brochazos "zas, zas" y ¿ya está?
Pues lo siento. Pero no. Por si te estás planteando pintar una habitación he aquí una retahíla de consejos:
- Todo suele empezar con una sugerencia de tu mujer. Tal vez éste sea el punto más importante. No cedas ni un milímetro. Di que te encanta cómo está la habitación. Que sería muy duro para ti despojarla de su color original. Y si para que sea más creíble tienes que llorar: llora.
- Compra cinco veces más pintura de la que habías pensado. Creeme, no sé qué interés tienen los de las tiendas de pinturas en no querer vender. Tú le sueltas los metros cuadrados de la habitación, y ellos te dan un botecito de pintura, que más bien parece que es para hacer la manicura de una tortuga. ¿Y si me sobra pintura? Pues tírala, pronto, antes de que se entere tu mujer...
- Calcula bien el tiempo: necesitarás más de un cincuenta por ciento del tiempo en cubrir las cosas que no quieres pintar, los marcos de las puertas y esas cosas.
- Compra pintura plástica. Así sin más.
- No seas tan osado de querer conseguir un color de pintura a partir de tintes. Eso está reservado para profesionales. Recuerdo que la primera vez que pintamos una habitación (de una casa recién estrenada, por cierto) quisimos crear un color salmón. En la tienda te dan un colorante rojo y otro amarillo, y tú te las apañas como puedes. Pues bien, que sepas que con temple el rojo y el amarillo queda rosa. No me preguntes porqué: queda rosa. Ten en cuenta que existen cuatro colores diferentes: el que consigues en tu bote de pintura, el que queda en la pared recién pintada, el que queda al secarse, y la otra variedad depende de la luz de la habitación. Ésta jugará a veces a tu favor, ya que a determinada hora del día, y forzando un poco, podrás ver que efectivamente la habitación tiene cierto tono "salmón".
Por cierto, cuando en aquella ocasión dimos la quinta capa conseguimos que el gotelé desapareciera, y como resultado ahora tenemos las paredes lisas, o casi lisas.
- No te dejes sorprender por la aparente maravilla que es el rodillo. A parte de salpicarte la calva si vas un poco rápido (y si tienes calva, claro) no cunde. Sí, no sabría cómo expresarlo: no cunde.

Pues nada, ahora que he pintado la habitación podré actualizar el blog más a menudo (he agotado toda la pintura). Hoy vuelvo a prometer, esta vez por escrito (porque es la tercera vez que lo prometo) que la próxima vez llamo a unos pintores.
Sólo me queda un consuelo: voy a ver en internet cuánto cuesta pintar una habitación. Miraré el sitio más caro. Y con lo que me he ahorrado pienso comprarme una bolsa muy grande de chuches (ni siquiera me gustan mucho, pero no se me ocurría ninguna otra cosa, de todas formas tengo tiempo para pensar...)

viernes, marzo 06, 2009

Para tocar el cielo

Siempre me hizo gracia esa expresión: "es que no tengo tiempo". Porque no suerle ser cierta. Cuando alguien dice eso, lo que debería decir es: "es que ahora mismo tengo otras cosas más importantes que hacer". Porque ya hace mucho descubrí que tiempo siempre hay.
Así que no tengo excusa en cuanto a mi nuevo parón bloguero. Porque sí que tengo tiempo. Y una muestra de ello es que el otro día grabé esta vieja canción de Tontxu. Espero que os guste y que os ayude, a los que pasáis hoy por aquí, a tocar, aunque sólo sea con vuestra mente, un poco el cielo, que falta hace.



miércoles, febrero 04, 2009

De cómo conseguí salir del asqueo

A raíz del último comentario de anónimo en el anterior post voy a explicar cómo conseguí, en mi caso, salir del asqueo.
Porque tengo la sensación de que anónimo no es el único pediatra con síntomas de "burn out" (que parece que uno está más quemado todavía si lo escribe en inglés). Y no es sólo la sensación, he padecido ese malestar fruto de mi última estancia en atención primaria, donde cada semana era posible escribir un nuevo post cargado de sinergia negativa.
Aunque ya desde hace tiempo quería dedicarme a la neonatología y tenía claro que la primaria no era mi sitio, hubo un momento en que la continua lucha contra los pacientes (léase padres) se me hizo insufrible y vi claro que tenía que cambiar, y tuve la suerte de tener esa oportunidad, y cambié.
Así que esa es una opción: cambiar.
¿Y si no es posible cambiar? ¿Es posible seguir dedicándose a la pediatría con gusto, a pesar de los pesares?
Yo creo que sí, aunque ahora lo digo desde la cómoda postura en la que no padezco síntomas de desilusión y "queme".
Durante mi proceso de "quemamiento" utilicé unas estrategias mentales que a veces me ayudaron, y otras veces no, pero que paso a relatar, por si aún hay alguien que está a salvo del suicidio científico.
La mayoría de los niños vienen injustificadamente a la consulta: yo así lo creo. Así que lo que hacía era intentar dar a cada uno lo que se merece. Por poner un ejemplo: niño de 3 años con tos y mocos de 2 días de evolución, con fiebre de hasta 38,5 º C, saltando en la consulta, sin signos externos de dificultad respiratoria y sin ningún otro sígno ni síntoma preocupante. Ese niño (que en algunas épocas tal vez suponga más de un 50% de la consulta) no debería llevarme más de 2 minutos en consulta. No lo desnudaba. Le levantaba un poco la camisa (arrastrando el jersey y el abrigo si era preciso), y hacía que le auscultaba. Con un rápido movimiento fingía también que le miraba los oídos y la garganta, y listo. Todo con amabilidad. Recomendaba suero fisiológico para la nariz en caso de obstrucción nasal y antitérmicos. Y brevemente (mientras me despedía) le decía signos ante los que debería acudir (incluso a veces osaba a recomendarle que otra vez, si sólo tenía esos síntomas no hacía falta que volviera).
Otro caso: niña de 8 meses con fiebre de hasta 39,5 º C sin otra sintomatología. La exploraba como se merecía. En caso de buen estado general y no descubrir foco tras la exploración le pedía un análisis de orina y luego actuaba en consecuencia.
Por otro lado me buscaba estímulos para mantenerme al día, porque la pediatría realmente me apasiona. Por esa razón hice varias cosas:
- Suscribirme a Uptodate (a fecha de hoy para mí la mejor fuente de información médica)
- Iniciar un blog de casos clínicos (el cual está destinado a morir porque me estoy quedando sin fotos...)
- Me anotaba cualquier cosa que me hubiera surgido como duda en la consulta y trataba de buscar la solución (por ejemplo, puede que una madre te pregunte: ¿es mejor la alarma o la desmopresina para la eneuresis?)
- Hacía 3 guardias al mes, que me permitían el contacto con residentes y especialistas. Los residnetes han sido siempre para mí un estímulo para estar al día y para intentar enseñar algo.
- Me metí en dos foros pediátricos, uno de neonatología (NICU- net) y otro de discusiones pediátricas al que se accede desde Medscape (el registro es gratuito).

Otra de las cosas que hacía era no perdonar el café con los compañeros de trabajo.
Pero con esto y con todo reconozco que no logré superar el acoso al que me sentí sometido, aunque supongo que en algo se palió.
En fin, son algunas ideas, por si a alguien le sirven.

miércoles, enero 28, 2009

Llego tarde

Parece mentira. Me estoy volviendo un médico de hospital, y con el invierno que llevamos todavía no he dedicado unas líneas a maldecir los jarabes para los mocos y la tos...
Menos mal que repasando unos artículos he llegado a esta página (ver página) donde sin ser demasiado exigentes se recomienda no recetar estos medicamentos a los menores de dos años, y me ha servido como estímulo para dedicarle al tema (que, por cierto, me ha llevado muchas horas de estudio) unas breves líneas.
Aquí en España seguimos recetando Paidoterín a niños de 18 meses, sin ningún escrúpulo. Y no deja de sorprenderme que, además, este tipo de medicamentos estén financiados por la Seguridad Social, con tan poca evidencia científica que justifique su uso. Y ni siquiera, que yo sepa, en el prospecto del Paidoterín se desaconseja su uso en menores de 2 años.
Hace no mucho "sacaron" de la financiación al Pilka, y es que ya les debió de parecer que eso de que estuviera financiado el meterse drosella y tomillo por "salva sea la parte" para el alivio de la tos, ya era pasarse. Aunque a decir verdad, los supositorios de Pilka son algo cuya inutilidad es más difícil de demostrar, porque -que yo sepa- no existe ni un sólo estudio científico realizado con ellos, ni bueno ni malo. Así que mi forma de refutar su uso sería igual de difícil que la de desaconsejar rascarse las orejas con hojas de laurel para disminuir la congestión nasal (eso que las orejas están mas cerca de la nariz que lo otro).
En fin, un invierno más recomiendo contra los síntomas catarrales medidas generales (lavados nasales, paracetamol...) y vigilar los signos de posible complicación o gravedad (ya expuestos detalladamente en un post anterior).

jueves, enero 22, 2009

Qué hacer un día de lluvia

Hoy llueve en Madrid. Y esta mañana libraba, o sea, que no tenía que ir a trabajar. Así que ni corto ni perezoso he decidido irme con el pequeño de mis hijos (de veinte meses) al Museo del Prado.
Podréis pensar que no es algo apasionante para un niño (incluso alguno también tendrá claro que ni siquiera lo es para un adulto). Pero es curioso el gusto de los niños por la novedad. De hecho, recuerdo que hace un año fuimos todos al museo, y cuando llegó la hora de marcharse, mi hija que entonces tenía cuatro años se puso a llorar gritando: "¡no me quiero ir!" Os podéis imaginar la cara de estupefacción de los visitantes del museo, y la cara de orgullo de su padre...
Por ser familia numerosa te hacen un buen "descuentillo" a la entrada, así que si todavía es el precio lo que te impide ir al museo ya sabes: ten una familia numerosa.
Siempre he pensado que ver cuadros no es tan fácil como contemplar la naturaleza. A veces se agradece que alguien te explique algo. Y por desgracia no fueron muy aprovechados mis años escolares en este terreno. No sé por qué motivo los profesores de historia y de arte son los más aburridos. Y hoy lo he podido comprobar, ya que de refilón oía a algunos guías que me hacían recordar mis más soporíferas clases con el "Cuadra". Al igual que ocurre con los psiquiatras no sé qué es antes, si el huevo o la gallina. Por mi experiencia los psiquiatras son, en general, gente poco equilibrada. Y es que la contratransferencia (si no recuerdo mal: la influencia del paciente sobre el médico) tiene un papel determinante. Supongo que no es fácil escuchar todo el día "cosas raras" y al final del día no acabar teniendo un poco de duda acerca de lo "raro" y lo "normal. Pero también puede ocurrir que para dedicarse a las arduas artes de curar las mentes desequilibradas haga falta estar no muy cuerdo.
Y tal vez lo mismo ocurre con los que se dedican al arte: están todo el día leyendo, estudiando, reflexionando, averiguando... Y les falta un poco de vidilla y cerveza.
Si estás interesado en hacer alguna visita al museo sigue leyendo, y si no para ya, que lo que viene es un tostón.
Yo, como buen turista que se precie, antes de iniciar mi visita he acudido a la página del Museo del Prado, donde recomendaban tres posibles visitas en función del tiempo disponible. Yo (en parte condicionado por los parquímetros de la "zona verde") he elegido la visita de una hora. Se te muestran entonces quince obras, y en cada una de ellas puedes acceder a una "audioguía". Así que me he descargado en mi PDA las 15 audioguías, me he impreso el recorrido y me he puesto manos a la obra.
Salvo por la elección del que ha numerado los cuadros del 1 al 15, donde tras acabar el "circuito" he descubierto que lo que pretende es que hagas unos cuantos kilómetros por el museo (ya que no tiene mucho sentido que el cuadro "1" esté a lado del cuadro "10", la visita ha sido una gozada.
De todos los cuadros me ha llamado la atención el de El Cardenal, de Rafael. Hay que verlo en vivo y en directo para saber a qué me refiero. Es imposible situarse delante del cuadro, mirarlo, y no hacer un gesto sacando pecho y estirando la cabeza como de "y tú, ¡qué!"
Aquí os dejo una imagen (supongo que no tiene derechos de autor...) aunque no tiene nada que ver con la imagen real, cara a cara.

miércoles, enero 14, 2009

Cuestión de lógica

Una conversación cualquiera de un día cualquiera:
Ella: ¿Qué quieres de cena?
Él: lo que tú quieras.
Ella: yo quiero lo que quieras tú.
Él: si tu quieres lo que quiera yo y yo quiero lo que quieras tú: tú quieres lo que quieras tú. ¿Qué quieres de cena?
Después, reflexionando, me di cuenta de que él debía haber elegido la cena. Eso sí, intentando acertar en lo que probablemente quería ella.

miércoles, enero 07, 2009

Educar en positivo

Feliz Año Nuevo a todos.
Yo soy del tipo de personas que se hacen propósitos cuando empieza el año (de hecho el otro día comentábamos entre amigos que hay dos tipos de personas, las que se hacen propósitos al comenzar el año, y las que no, y yo pertenezco al primer grupo).
Bueno, el caso es que hay algo que aprendí el año pasado, y quiero poner en práctica éste. Lo aprendí en una "escuela de familias" donde nos enseñan a educar a nuestros hijos. Sé que a alguno ya le está asomando una sonrisilla, sé que varios habéis pensado: "pero si nadie te enseña a educar". Yo era de los que pensaba un poco así, pero el tiempo me ha enseñado que estaba equivocado. No sólo se puede enseñar a educar, sino que pienso que en pleno siglo... XXI (¿no?) todo padre que se queje de la educación de sus hijos y no haya ido a una escuela de familias no debería lamentarse, sino aplicarse e ir a alguna.
Pues una de las cosas que descubrí (ya lo sabía, pero lo descubrí, ocurre a veces) es que hay que educar en positivo. Y que eso se aplica a todo.
¿Y cómo se hace eso? Evidentemente no voy a desvelar yo aquí, en un rato, todos los secretos, porque si no, no sé de qué comerían los que organizan escuelas de familias, y es una lástima, pero esto no se puede bajar con el eMule...
Para que me entendáis os voy a poner un ejemplo: en mi hospital los pijamas, en general, están más planchados. Yo, alguna vez, en el vestuario he mostrado mi arrugado pijama a un compañero mientras decía: ¿pero tú te crees que nos pueden entregar esto? A lo que el compañero sin dudarlo afirma: pues a mí el otro día me dieron uno que no tenía ni un bolsillo cosido. Justo en ese momento entra otro, que al hilo de la conversación afirma: si es que estos de lencería cada vez traen peor los pijamas...
¿Qué ha ocurrido? Se ha creado sinergia negativa. ¿Qué he conseguido iniciando esa conversación? Encabronarme, con perdón; encabronar a los demás, también con perdón. Y por supuesto: no solucionar nada.
Tal vez este ejemplo no resulte familiar a algunos. ¿Pero os suenan afirmaciones como la de "que comida más mala dan en el hospital?
En fin, resumiento, que me estoy alargando. Lo verdaderamente útil es la educación en positivo, que crea sinergia positiva. Consiste en hablar de las cosas buenas. Y las cosas malas decirlas a quien pueda poner alguna solución real.
Si estáis un poco atentos, los que trabajáis en un hospital, en seguida detectaréis mil ejemplos de sinergia negativa (porque yo, desde que soy consciente las encuentro a miles, empezando por las que origino yo).
Bueno, sin más rollos. Aquí tenéis mi propósito para este año que comienza: educar en positivo.
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