viernes, mayo 18, 2007

Una declaración

Estaba nervioso, hacía ya casi un año que no hablaba con ella. Temía que el volver a verla me produjese de nuevo ese malestar que se queda ahí, en el estómago, mientras la cabeza da vueltas y vueltas: pensando que el ir a verla fuese tal vez más por obligación que por deseo real de encontrarla de nuevo.
Hace unos días que la llamé por teléfono y quedamos: este viernes por la mañana. Vale, no hay problema, allí estaré.
He aparcado el coche cerca, aunque no en la puerta; así en el camino iría repasando todo lo que quería decirle. Me daba miedo que por callar algo me hiciera volver de nuevo.
Las diez y no llegaba: odio esos retrasos que prolongan el malestar, que lo hacen interminable.
Al fin me encontraba allí, delante de ella, después de conversar un buen rato, tras tener que dar algunas explicaciones por algo que no parecía estar del todo en orden, me dijo algo que hacía tiempo estaba deseando oír, era sobre mi declaración: toma, aquí la tienes, este año te sale a devolver...

jueves, mayo 17, 2007

Bicho raro

Ayer estuve de cena con los del centro de salud. Se celebraba que dos enfermeras van a casarse próximamente. Aún no llevo mucho tiempo en el centro. No sabía que había cena hasta el día anterior (donde casi sonrojados me invitaron, al enterarme yo de carambola) y acepté de buena gana.
Me gustan las cenas, me gusta compartir ratos con mis compañeros fuera del ámbito laboral.
Pero no sé qué pasó. Tal vez el cansancio por estar saliente de guardia; quizá me senté en mal sitio; a lo mejor la dificultad para las relaciones sociales que padezco últimamente...
Me resultó muy aburrida. La mitad del tiempo hablando de cosas del trabajo (suele pasarnos a los que estamos en el ámbito sanitario) y la otra mitad (y yo creo que no estaban borrachos) de picardía en picardía: tanta que me empachó. Supongo que muchas cosas se decían de broma. Pero al acabar la cena, ya en el coche (me escapé de las copas porque no podía más), con una agradable música de fondo, iba pensando: ¿Acaso seré un bicho raro? ¿Tendré que enorgullocerme si mis hijas se acuestan con el primero que encuentran a los quince años? ¿Tal vez me perdí lo grandioso de tener relaciones con mi mujer antes de casarme? ¿Debería hablar mal de mi mujer cuando no esté con ella? Pero mientras iba en el coche, pensando, con la cabeza en mi mujer y mis hijos, poco a poco empecé a relajar el rostro, se me escapó una sonrisa, y me di cuenta de la suerte que tengo: nunca agradeceré suficiente a mis padres la educación que me dieron. Y entiendo que puede haber muchas formas de ser feliz, pero la que me enseñaron me encanta.

martes, mayo 15, 2007

A los R0

Esta entrada va dedicada a todos los que dentro de una semana comienzan su andadura como médicos internos residentes.
Aunque no peino canas (la verdad que apenas peino nada) ya terminé hace un tiempo la residencia, y hoy me apetecía hacer de "abuelito aconsejador".
Yo os daría dos consejos: nunca quejarse de las guardias. Es curioso, pero si uno se disfrazara de pared de cafetería de hospital y oyera las conversaciones acerca de este comprometido tema parecería que todos y cada uno de los residentes son los que hacen más guardias, más fines de semana y más puentes que ninguno. Y es que es tan duro eso de las guardias, que todos tenemos la sensación de que somos el "pringao", de que nos están engañando. Y no es así. El quejarse con frecuencia crea muy mal ambiente, y es motivo de discusiones acaloradas que no merecen la pena.
La otra cosa es no hablar mal de los adjuntos, que es algo contagioso, gracioso, tentador, y que tampoco lleva a ningún sitio (claro, que ahora estoy barriendo para casa).
Tal vez esperabais algo más enriquecedor, pero no doy "pa" más. Os deseo la mejor residencia del mundo, ya me contaréis...

martes, mayo 08, 2007

La Pediatría de Atención Primaria se muere

Parece que la situación es insostenible. Cada vez hay menos pediatras que quieran dedicarse a la atención primaria. Y ahora se buscan soluciones.
El otro día comentaba un colega que en el área donde trabaja el 40% de los médicos que pasan una consulta de Pediatría son médicos de familia.
Pues bien, entre nosotros hay mucha discrepancia con esto. Los que somos pediatras vía MIR (o sea, formación durante 4 años en pediatría) solemos defender que los pediatras de atención primaria deben ser pediatras. También están los MESTOS (médicos especialistas sin título oficial), muchos de ellos han conseguido ya su título de pediatra. Y luego hay muchos médicos de familia que están pasando estas consultas.
Si algún padre lee esto pensará: pero el mío sí que es pediatra. Yo más bien pienso que como tenga turno de tarde y sea jovencito es muy poco probable.
Pero entramos en otro debate: ¿acaso no puede un médico de familia pasar una consulta de pediatría de atención primaria?
Yo ando en un mar de dudas.
Lo que sí me parece es que la población está engañada, porque creen que les está viendo un pediatra y muchas veces es un médico de familia.
Aunque conozco médicos de familia que pasan muy bien la consulta de pediatría mi impresión es que, en general, los pediatras estamos más capacitados para hacerlo.
Y tú, ¿preferirías que a tus hijos los atendiera un pediatra, o te daría igual si lo hiciera un médico de fam¡lia?
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