Estaba nervioso, hacía ya casi un año que no hablaba con ella. Temía que el volver a verla me produjese de nuevo ese malestar que se queda ahí, en el estómago, mientras la cabeza da vueltas y vueltas: pensando que el ir a verla fuese tal vez más por obligación que por deseo real de encontrarla de nuevo.
Hace unos días que la llamé por teléfono y quedamos: este viernes por la mañana. Vale, no hay problema, allí estaré.
He aparcado el coche cerca, aunque no en la puerta; así en el camino iría repasando todo lo que quería decirle. Me daba miedo que por callar algo me hiciera volver de nuevo.
Las diez y no llegaba: odio esos retrasos que prolongan el malestar, que lo hacen interminable.
Al fin me encontraba allí, delante de ella, después de conversar un buen rato, tras tener que dar algunas explicaciones por algo que no parecía estar del todo en orden, me dijo algo que hacía tiempo estaba deseando oír, era sobre mi declaración: toma, aquí la tienes, este año te sale a devolver...
2 comentarios:
Una declaración muy tierna y amorosa y encima te corresponde pues te devuelve su amor....¡Qué suerte tienes tío!
Estás fatal, tronco!!
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