martes, diciembre 30, 2008

Feliz Año Nuevo

Ya llego un pelín tarde para felicitaros la Navidad, pero aún estoy a tiempo de desearos un muy feliz Año 2009.
A todos los que se asoman, se asomaron y se asomarán por esta pequeña rendija bloguera, quiero desearles, de corazón, un feliz Año Nuevo.
Hasta el año que viene...

miércoles, diciembre 17, 2008

Intentando desmontar otro mito

A pesar de que el comentario de Guillermo me ha tenido toda la semana reflexionando voy a persistir en mi intento de desmontar mitos.
Esta vez se trata del "síndrome del recomendado".
Tal vez por su uso y su desconocimiento se ha terminado desvirtuando una realidad que voy a tratar de explicar tal y como yo la entiendo, y del modo en el que recuerdo haber leído alguna vez estar descrita (he intentado buscar la referencia, pero no la encuentro).
Vulgarmente se entiende por "síndrome del recomendado" a la existencia de una extraña magia que hace que en estos pacientes concurran las enfermedades más raras, las complicaciones más inverosímiles, las desgracias más desafortunadas. Y a esto yo lo siento, pero no le veo explicación científica.
Por eso me he empeñado desde hace un tiempo en explicar que algo parecido puede ocurrir, como resultado de no aplicar el mismo tipo de medicina a un paciente por el hecho de ser sanitario.
Yo mismo estuve a punto de ser objeto de esta patología. Cuando nació mi segunda hija, de una madre portadora de estreptococo, y habiendo recibido profilaxis antibiótica incompleta, el residente -muy amigo mío- me dijo: "bueno, Gonzalo, yo creo que con una dosis es suficiente, ¿no?, pasamos de hacerle análisis ni nada..."
Y yo, como ya conocía este síndrome, sin titubear le contesté: "se siente, que le hubieran puesto la segunda dosis, hay que hacerle el análisis..."
Pues bien, en el análisis se detectó una leucocitosis, con una PCR de 128 mg/l y un índice de inmaduros/totales de 0.21. Y ni yo ni los pediatras que habían ido a ver a la niño sospecharon en ningún momento que la niña estuviera infectada.
Ante los resultados de los análisis se le realizó un "completo" y se instauró tratamiento con antibiótico.
¿Qué habría pasado si no le hubiéramos hecho los análisis? Quién sabe, pero tal vez mi hija habría sido invadida hasta la médula (nunca mejor dicho) por el estreptococo y lo estaría ahora lamentando...
En fin, no sé si me he explicado con tanto rollo. El verdadero síndrome del recomendado aparece cuando no actuamos según los protocolos por estar ante un paciente sanitario.

viernes, diciembre 05, 2008

Bella

Hace poco estuve en el cine (y llegada cierta edad y cierto número de hijos esto puede considerarse un artículo de lujo). Fui a ver Bella, una película sencilla. Me conmovió. Y recordé que hace ya mucho tiempo hice una canción que se titulaba así, Bella, y creo que le va bien a la "peli". La canción se titula así porque mil veces quise escribirle una letra y lo único que me salía era la primera palabra "bella", que coincide con las dos primeras notas de la melodía.
Como además recordé que había prometido grabar en breve una canción, aquí está, recién hecha. Espero que os guste.



martes, diciembre 02, 2008

El gafe no existe

Desde hace un tiempo estoy tratando de desmontar entre la forma de pensar de mis colegas dos realidades que se me antojan poco científicas.
La primera de ellas es la del gafe. No es raro escuchar afirmaciones como la de: "seguro que estaba Fulanito de guardia, porque es gafe".
Ya ha pasado un tiempo, empiezo a peinar canas, y me he dado cuenta de que el gafe no existe: es cuestión de tiempo y guardias. Cuantas más guardias hagas en tu vida más posibilidades de que te encuentres ante un caso difícil.
Recuerdo al terminar mi residencia que me dijo una auxiliar, completamente convencida: "tú, Gonzalo, la verdad es que vaya guardias tan buenas que has tenido..."
No es que yo hiciera guardias para que se compadecieran de mí, y para que después de cada guardia me dijeran: "pobrecito, que cansado se le ve al pobre pediatra..." Pero reconozco que sienta mal cuando haces guardias (y todo aquél que las hace sabe lo que suponen) que alguien piense que te has pasado la noche durmiendo (y ojalá fuera así).
Lo que sí es cierto es que hay gente más y menos estrambótica, y gente que se compadece más de sí mismo que otras, y gente que hasta cuando tiene una buena guardia le reconoce aceptarlo...
En fin, sé que es una tarea difícil. Pero al igual que estoy convencido de que la amoxicilina no cura los rinovirus, estoy convencido de que no existe el gafe.
Y si tú eres médico, y alguna vez has pensado que existe el gafe, reconsidéralo, por favor. Y si no estás de acuerdo creo que tienes los mismos argumentos para empezar a tratar los catarros con amoxicilina (como dice el viejo refrán: "Britapen y no mires a quien")

miércoles, noviembre 19, 2008

Maneras de pensar

Hoy un padre me ha dejado muy claro lo que hará si le pasa algo a su hija: vendrá al hospital y me cortará el cuello.
Yo, esta tarde, me he parado a pensar -porque en este mundo, un pelín rápido, no solemos pararnos a nada, y menos a pensar- qué haría yo en su lugar.
Si algún día le pasa algo a mi hijo le preguntaría mil veces a Dios porqué. No lo entendería. Lloraría, mucho. Daría las gracias a todos los que hubieran hecho lo posible por cambiar el destino, estaría muy unido a mi mujer, y tal vez pasado el tiempo sonreiría, pensando que tal vez un día pueda jugar con él todo lo que me faltó por jugar en esta vida.

miércoles, noviembre 05, 2008

Y la otra persona que me influyó

Como lo que se empieza se acaba aquí os diré (aunque no os importe un pimiento, pero estoy agradecido a esa persona y quiero dedicarle un post) quién es esa segunda persona que ha influido en mi vida en los últimos años. Se trata de Kirk Lorange, un guitarrista australiano que ha escrito un libro que cambió mi forma de entender la música.
Me dejé seducir por la publicidad y se lo pedí a los Reyes, que fueron buenos y me lo trajeron.
Es otro libro de esos, que dicen perogrulladas, pero de una forma muy acertada y hacen que cambie el concepto que tienes de algo.
Aunque sé que es un poco triste os desvelaré el secreto: "hay que saber qué es lo que estás tocando". Y Kirk tiene una forma muy original de aproximarse a ese concepto.
Recomiendo vivamente el libro a todo aquél que esté empezando a tocar la guitarra, y al que esté harto de aprenderse escalas (como era mi caso). Cuando estás tocando un acorde es imprescindible saber qué función tiene dentro de la canción. Así, no tiene nada que ver un acorde de do mayor en tono de do mayor con una acorde de do mayor en tono de fa mayor (en el primer caso do mayor sería el estandarte, en quien debe terminar la canción, alrededor del cuál gira todo, y en el segundo caso (en fa mayor) ese do estaría como loco por irse a otro sitio, tal vez haría algún devaneo por re menor, por ejemplo, pero estaría deseando dirigirse a do mayor).
La lástima es que me ha pillado un poco mayor el método, pero ahí ando: luchando y aprendiendo.
Me habría encantado acabar este post poniendo alguna composición, pero últimamente ando justito de tiempo,. Prometo que antes de un mes grabaré algo.
Por último os recomiendo que os acerquéis a su web, con un montón de material (y de calidad) gratuito: guitarforbeginners

miércoles, octubre 29, 2008

Caso clínico para padres

Hace un tiempo, cuando empecé este blog, me preguntaba (como muchos de vosotros os habréis preguntado al crear vuestro propio blog) a qué tipo de personas iría dirigido. Pues lo cierto es que todavía no lo tengo muy claro. Y de hecho hubo un tiempo en que no iba dirigido a nadie en particular, era una forma de contar las desventuras de la patología infantil desde el lado del pediatra. Estuve tentado de convertirlo en un blog "educativo" para padres, donde éstos tuvieran una fuente ¿fiable? de información.
Ha pasado un tiempo y por los comentarios que recibo me he dado cuenta de que es otro blog de médicos para médicos.
Pero hoy quiero hacer un alto, por si queda algún padre despistado que aún se pasea por aquí, y quiere participar en este caso clínico:
Vino el otro día a la urgencia una madre, muy sorprendida, porque su hija de 2 años había empezado con fiebre y mocos. No estaba sorprendida sólo por eso, como comprenderéis. Pero lo que la desconcertó es que la niña desde hacía 3 días estaba tomando antibiótico, y no entendía el porqué de la fiebre a pesar de estar tomando antibiótico. ¿Podrías aventurar alguna posible explicación?
Me encantaría que este post se llenara de comentarios de padres, dando posibles soluciones. Y yo al final daré la mía.

miércoles, octubre 22, 2008

Dos personas influyentes

Desde hace unos tres años ha habido dos personas que me han ayudado mucho en dos facetas de mi vida. Y quiero, al menos en dos posts, hacerles mención ya que igual que me han ayudado a mí estoy convencido de que os pueden ayudar a vosotros.
Uno de ellos es Cloverdale. Bueno, realmente no sé si se llama Cloverdale o Richard Vaughan. El caso es que hace ya tres años que le escuché por primera vez, y por casualidad. Iba en el coche y a duras penas cogí una emisora en la que una persona hablaba inglés y me di cuenta de que algo entendía. Era un profesor de inglés que me cautivó, y no sólo por cómo enseñaba el inglés sino por su personalidad optimista, llena de energía.
Mi mujer no entendía nada. Yo llegaba a casa por la noche (qué tiempos aquéllos en que trabajaba de tarde) y a las 10 en punto ponía una cinta a grabar (a la antigua usanza) que luego escuchaba mientras desayunaba. De hecho hubo un tiempo en que estuvo celosa de él, parecía que le prestaba más atención a él que a ella...
Una mañana, al poco de poner la cinta escuché lo que vosotros podéis escuchar en el reproductor si "pincháis" en Cloverdale. Me hizo mucha ilusión y lo conservo como un regalo que me hizo alguien que me abrió los ojos. Me enseñó que para aprender inglés lo más importante es entenderlo, y que hacían falta unas 3000 horas de aprendizaje. Así que me relajé, hice mis cálculos y vi que con una hora al día tardaría unos 11 años. Y es lo que hago: todos los días escucho prácticamente una hora de inglés (hay podcasts en inglés buenísimos, como el de pediacast).
Desde este humilde blog: ¡¡muchas gracias Cloverdale!!
Otra de las personas que me ha enseñado mucho... ¡Uy! Casi me adelanto, eso lo dejaré para el siguiente post.



lunes, octubre 20, 2008

Fiebre mediterránea familiar

Hace poco escuchaba un podcast (que recomiendo a todo aquél que esté interesado en temas pediátricos y quiera practicar un poco el inglés), en el que el locutor redactaba cómo una madre fue a su pediatra, después de varios diagnósticos fallidos, diciendo que su hijo padecía una enfermedad de kawasaki, ya que había empezado a meter síntomas en google: fiebre, adenopatía, conjuntivitis, labios fisurados, exantema... Y lo que encontró fue precisamente el diagnóstico de la enfermedad que tenía su hijo. Así que nunca se sabe cómo se puede llegar a un diagnóstico, y tal vez alguien pueda llegar a él porque recuerde que leyó un post en un blog de un pediatra (por cierto: un pediatra que últimamente estaba un poco pesado, porque no paraba de escribir posts...)
El caso es que me escribió hace unos días un mail una colega pidiéndome que hablara de la fiebre mediterránea familiar, una enfermedad poco frecuente. Y ella me ha dado los consejos pertinentes para que yo, a partir de ahora, también piense en ella (en la enfermedad, me refiero).
Es muy difícil diagnosticar aquello que no está incluido en nuestros diagnósticos diferenciales. Por eso yo recomiendo muy vivamente tener en la PDA un programa gratuito que se llama "Diagnosaurus" en el que a partir de síntomas obtienes varios diagnósticos diferenciales (de hecho si buscas "fever, relapsing or recurrent" la fiebre mediterránea familiar está incluida).
Pues bien, hay que pensar en una fiebre mediterránea familiar siempre que se atiende a un niño o adolescente con dolores abdominales de repetición en fosa iliaca derecha, que se repiten periódicamente, que duran entre 24 y 72 horas, y que causan gran angustia, ya que pese a que se les somete a muchos a apendicectomías y laparotomías, el dolor no desparece. Lo peor es que estos niños si no son tratados con colchicina acaben desarrollando una amiloidosis.
Y poco más que añadir, para que todo aquél que lo lea lo tenga en cuenta.

miércoles, octubre 15, 2008

A veces vienen por cada tontería...

Hoy casi hago uno de los ridículos más espantosos de mi vida laboral.
Llegan los padres a la urgencia con su niña de un mes porque le han salido unas lesiones en la glabela (que es el punto de convergencia de los arcos superciliares, o sea: el entrecejo).
Me quedo mirando detenidamente y empiezo a pensar posibilidades. Reconozco que un poco más y le saco la cámara para incluir en los casos clínicos. Suerte que no tenía a mi compañero de guardia al lado, porque si no le pido su opinión. Y sin mucha idea de lo que podía ser, haciendo en mi fuero interno el diagnóstico de nevus verrucoso como el más probable, y pensando remitirlo a dermatología, hete aquí que me da por frotar un poquito sobre la lesión en cuestión. Y ante mis ojos, veo pasmado, como a modo de pelotillas se va desprendiendo una sustancia blanquecina que deja al descubierto el entrecejo del retoño. Un entrecejo que apenas está adornado por un angioma plano. Un angioma que, por cierto, sus padres trataban echándole una crema y que ni ellos mismos sospechaban que fuera la crema la responsable de la aparición de aquella extraña lesión.
Ha sido empezar a rascar y ver cómo el padre se ponía colorado. Lo que no sabe el padre es cómo me habría puesto yo si le pido la opinión a mi compañero y es él quien empieza a rascar; o lo que no sé si es aún peor: si llego a remitir a aquel niño al dermatólogo... ¡Me quitan el título!
Moraleja: 1. No hay que echar cremas en los hemangiomas. 2. Las lesiones cutáneas hay que palparlas, con decisión.

martes, octubre 14, 2008

Bienvenidos a los R1

Sí, ya sé que ando un poco despistado, pero es lo que tiene no haber actualizado mucho el blog. Hace ya un tiempo los hospitales se llenaron de savia nueva: R1s a lo que hecho de menos, ya que en mi hospital todavía no hay residentes.
El R1, por si alguien no lo sabe, es un pardillo lleno de ilusión. De él hay que aprovechar dos cosas: su ilusión, y su acervo de conocimientos científicos teóricos, ya que acabe de hacer el MIR, y hay que reconocerle que sabe mucho de muchas cosas que por desgracia algunos ya tenemos más que olvidadas.
Recuerdo mi primera guardia de R1. Sólo tenía un pensamiento en la cabeza: "yo quiero ser celador", con lo fácil que es que te digan lo que tienes que hacer, y hacerlo. La responsabilidad me abrumaba.
Así que cuando ahora, como yo, estoy rodeado de adjuntos, y ves que cada vez abundan más los pensamientos de "es que vienen a urgencias por cada tontería..." pienso en mis tiempos de R1, y no recuerdo que fuera capaz de pensar que algún motivo de consulta era una tontería, ya que todo suponía un mundo para mí.
Aunque claro, ya a veces, como ya me he hecho mayor, o más mayor, también pienso: "es que vienen a urgencias por cada tontería..." Aunque si me doy cuenta de que lo pienso muy a menudo me examino, porque es señal de que me estoy haciendo menos comprensivo.
Aunque he de reconocer que "a veces vienen por cada tontería..."
Sin ir más lejos, ayer a las 12 de la noche vi un niño. Empezaron a relatar los padres: "es que lleva ya varios años..." No creais que no soy comprensivo, pero cuando a las 12 de la noche, después de todo el día de guardia, empieza el relato de la historia clínica con eso de que lleva varios años... se te cae el alma a los pies. Por dentro yo pienso: "¿Y se creerá que después de tantos años yo le voy a poder dar solución?"
Pero siempre intento que centren la atención, y consiguieron relatarme el motivo de consulta real: desde hacía 2 horas le dolía la garganta al crío de 5 años, que ya me gustaría a mí tener el estado de salud que poseía el pequeño (a esas horas la guardia empieza a hacer mella en mi psique y en mi fisique (palabro inventado, lo siento). Por tener no tenía ni fiebre, y la garganta era normal. Y desde aquí reconozco (y sé que puedo recibir un millar de comentarios censurándome) que aunque le hubiera visto las amígdalas rebosando pus (no era el caso) se habría ido a casita con un poquito de ibuprofeno, que es lo que le recomendé. Ya que lo peor que puedes hacer en casos de urgencia no urgenciosa es dar pie a que los padres piensen que tenían que haber venido.
Y yo lo siento: por dolor de garganta de dos horas de evolución con fiebre no hay que ir a urgencias, te pongas como te pongas.
Y apostillo: llevar a un niño a las 12 de la noche a un servicio de urgencias hospitalario por dolor de garganta de dos horas de evolución es maltrato infantil, lo siento, es maltrato leve, pero maltrato.

lunes, octubre 13, 2008

Un día sin entradas

Hola amigos. El otro día tuve una reunión familiar (se bautizaron mis dos más recientes sobrinos) y se quejaron mi cuñada y mi hermano de que no actualizaba el blog, y de que ya no me leían.
Eso me hirió en lo más hondo. Y la gota que ha colmado el vaso es que ayer (o antes de ayer, que ya no sé en qué día vivo) ocurrió algo insólito después de más de un año de blog: ninguna entrada en todo el día. Y claro, me dije, hasta aquí hemos llegado.
Por una parte pensaba que la gente me estaría agradecida, ya que yo hago esfuerzos impensables por intentar mantenerme al día de mis amigos bloggeros. Pero alguno de ellos es tan prolífico que me cuesta mantenerme al corriente, y cuando me quiero dar cuenta tengo un retraso de tres pares de narices. Con mi ritmo de entradas estoy convencido de que cualquiera puede llevar el blog al día.
Así que se van a enterar. Hoy comienza un nuevo periodo en este blog. El periodo en el que voy a conseguir recibir el comentario que me pida, por favor, que deje de escribir entradas.

miércoles, septiembre 10, 2008

Un cuento bonito

Acabo de terminar de leer el cuento de la Bella y la Bestia a mis hijas. Normalmente sólo les leo seis páginas, pero hoy estaban tan ensimismadas que no me he resistido a leerlo de un tirón. Reconozco que a mí también me apasiona, y yo mismo mientras lo leía me emocionaba.
Hace no mucho oí una verdad de perogrullo, pero que se me quedó grabada: "no hay nadie que quiera ser malo". Los niños, a pesar de sus trastadas, esconden tras sus ojos una mirada limpia, que sobrecoge, fruto de la belleza de su corazón. En cambio los adultos, muchas veces hemos perdido esa mirada, de niño, porque a pesar de que no queremos ser malos con frecuencia nos equivocamos.
Hoy veía en una parada de autobús uno de esos anuncios contra la droga, que me dan la impresión de que no tienen ninguna eficacia. Hoy me he dado cuenta de que la lucha contra la droga empieza en casa, por la noche, leyendo un cuento bonito.

jueves, agosto 28, 2008

Se acabó lo que se daba

Leía este verano que en Agosto descansan los blogueros (o bloggeros, no recuerdo bien) y no le faltaba razón al periodista. Pero amigos, se acabó lo que se daba, hay que ponerse las pilas y volver a escribir, y también -quien más y quien menos- volver a trabajar.
Tengo tantas cosas que contar, después de este yermo de creatividad (una vez leí esta frase en un libro y me gustó, por eso la escribo, que yo no tengo tantas luces), que no sé bien por dónde empezar.
Comienzo este nuevo curso con mucha ilusión, muchos proyectos, y mucha energía.
No pensaba contaros nada de mi veraneo, pero me ha venido a la cabeza que os tengo que decir y recomendar dos cosas (para los rezagados que todavía no han saboreado las delicias del periodo vacacional, y marcharán, tal vez hoy). Lo primero es una película que me ha encantado: La Escafandra y la Mariposa (tenía un profesor de Literatura que nos zurraba si nuestra valoración sobre un libro o película era del tipo "me ha encantado", pero creo que no es asiduo del blog, y a mí no se me ocurre nada más deslumbrante (porque aquí no pega lo del yermo de creatividad). Lo otro es que durante las vacaciones observéis a vuestros seres queridos mientras duermen (esto es un poco cursi, pero te vienen muchos pensamientos de agradecimiento, alegría y felicidad y tal y cual).
Cambiando de tercio os contaré, y prometo que ya acabo por hoy, que al poco de llegar al trabajo, en mi primera guardia, me suelta una madre que a su hijo "le duele al hacer caca como si le saliera un rinoceronte por el culo". Espero que no me tachéis de insensible y bárbaro, pero creedme que cuando te disparan una frase con tanto contenido poético tienes que hacer esfuerzos porque no asome una sonrisilla. Y es que creo que nadie lo podría haber expresado mejor con tan pocas palabras...
Pues nada más. Espero que hayáis tenido unas buenas vacaciones y que nos sigamos leyendo este curso que comienza.

viernes, mayo 23, 2008

Cómo dar malas noticias

Ayer me tuve que enfrentar a dar una mala noticia a mi hija de cuatro años.
Me puse a su altura, y sin querer darle mucha importancia, reteniendo las lágrimas en mis ojos, le dije:
- El bebé que tenía mamá en la tripa está en el Cielo.
- ¿Se ha muerto? Me preguntó inmediatamente, consciente de lo que había pasado.
- Sí, respondí a secas.
- ¿Y por qué se ha muerto?
Esta pregunta no pude responderla. Pero no hizo falta, porque enseguida volvió a preguntar:
- ¿Está con la Virgen María, y con San José, y con Jesús?
- Sí, le dije esta vez convencido, y seguro que el niño Jesús le hace un hueco en su cuna.

domingo, abril 20, 2008

Constrastes

Tras una anamnesis detallada y una cuidadosa exploración aquel dolor abdominal con fiebre asociada me parecía todo menos una apendicitis. Así se lo conté a los padres, pero no estaban satisfechos. Una conocida de ellos empezó igual que su hija y se murió de una peritonitis en unas horas.
Yo ante casos como éste no me empeño en tener la razón, sino que explico a los padres lo que me parece razonable y lo que no. Así que acordamos realizar una ecografía abdominal. Como ésta tampoco nos sacó de dudas decidí realizar un análisis de sangre (la ausencia de leucocitosis haría poco probable una apendicitis).
Y hasta ahí llegamos. La enfermera intentó hacer el análisis, y apenas había contactado la aguja con el antebrazo de la niña el padre se enfureció, empezó a gritar como un energúmeno, dijo que ya sabía que pagaría la novatada, que la enfermera no estaba metiendo la aguja en la dirección correcta, amenazó con pegar un puñetazo a la enfermera, y dijo que para eso se iba a otro hospital. Yo entonces aproveché la coyuntura y le invité a irse, efectivamente, a otro hospital. En estos casos ganas no te faltan de mandarlo a otro sitio. Le hice firmar el alta voluntaria y se fue, dejándonos el mal sabor de boca que queda cuando ves a un ser humano cometer un acto malo.
El siguiente paciente era un niño de apenas un mes. Los padres jóvenes, educados. Traían al niño porque le veían amarillo. Se leía en sus ojos que sabían que por eso no deberían ir a urgencias; pero en un momento dado se habían agobiado. Así me lo explicaron ellos mismos. Tras la anamnesis (poco sugerente de ninguna patología grave) decidí pedir una bilirrubina total y directa. La enfermera realizó el análisis sin incidencias. Todo indicaba que se trataba de una ictericia por lactancia materna o síndrome de Arias. Así se lo conté y se fueron: tranquilos y agradecidos.
Pensad vosotros quién durmió bien aquella noche. Lástima que alguien durmió mal, sin merecerlo.

miércoles, abril 02, 2008

Disfrutando de la Pediatría

Creo que no es justo que después de una mala época no me haya parado un rato a escribir lo bien que estoy. Tal vez forma parte de la tendencia del ser humano (o tal vez sea sólo una tendencia mía) a quejarnos cuando corren malos tiempos. Ya alguna vez hablé del efecto devastador de la queja.
En este tiempo de cambio profesional he releído un libro que hace mucho me recomendaron y que en su día leí: Quién se ha llevado mi queso. Sé que debería subrayar el título, lo que no tengo tan claro es si tengo que poner más palabras del título en mayúsculas, pero lo de subrayar no lo encuentro. Si queréis puedo escribir en color, porque veo que en la parte de arriba hay una T con colorines, pero no encuentro ningún signo para subrayar. Se me ocurre una posibilidad, que es escribir en Word, subrayar, copiar y pegar. Así que lo voy a intentar...
Quién se ha llevado mi queso, ya veis, todo un éxito, lo que pasa que ahora no sé si voy a poder quitar el subrayado....
Ha sido más fácil de lo que me esperaba. Aunque he tenido que volver a utilizar la artimaña de copiar y pegar, porque no había forma de deshacerme del subrayado.
Bueno, el caso es que es un libro breve y muy interesante. No dice grandes cosas (o tal vez diga grandes cosas de una forma sencilla), y una de ellas es que hay que oler el queso, y cuando el queso está rancio lo que hay que hacer es ponerse en marcha y buscar un queso nuevo.
Yo reconozco que he tenido suerte, y lo he encontrado sin mucha dificultad. Y me parecen muy lejanos aquellos lunes de 65 pacientes en los que volvía a casa a las 21:30 de la noche, con el ánimo regular y sin mucha sensación de satisfacción laboral.
Pues bien, como ahora corren buenos tiempos tengo que estar agradecido. Estoy disfrutando con la Medicina como hacía mucho que no lo hacía. Y se lo tengo que agradecer a mucha gente, pero entre ellos a mis compañeros del hospital en el que estoy: gente fabulosa todos ellos.
El queso de la Pediatría de Atención Primaria en turno de tarde está rancio, muy rancio. Y no basta con quejarse. Creo que hasta que el queso cambie hay que buscar otro. Y con esto no pretendo una estampida de pediatras de primaria (bueno, de médicos de familia haciendo pediatría, que es lo que cada vez se estila más), pero me deprime seguir leyendo de vez en cuando el foro de pediatras de Atención Primaria y leer a diario las quejas de mis compañeros, desesperados, pero no parece que muy dispuestos a buscar otro queso. Y es que hay un problema, que cuando estás dentro no te das cuenta de que tal vez no sea tan difícil estar en un sitio mejor.
A fecha de hoy no volvería ni loco a una consulta de pediatría de tarde. Antes montaba una clínica privada. La Seguridad Social no se sostiene, y como ya he comentado en alguna ocasión, habrá que reconocer la parte de culpa que médicos y pacientes tenemos en ello.
Me estoy enrollando y no estoy contando muchas cosas que quería deciros. Pero, al menos a mí me pasa, cuando veo una entrada muy larga en un blog me cuesta más empezar a leerla, así que aquí lo dejo.
Por último os pongo aquí esta foto. Me la hizo mi hermano el otro día. Os lo tendréis que creer, pero uno de los que está ahí subido soy yo. Fue una experiencia formidable, acorde con mi estado de ánimo actual, lleno de ilusión.
La noche anterior sólo pensaba que aterrizaría sobre un pinar, y que una rama me atravesaría desde el bazo hasta el psoas. Como os podéis imaginar finalmente no fue así.

miércoles, marzo 12, 2008

Cena de promoción

No sé si vosotros habéis tenido la experiencia. Yo la tuve ayer, y me encantó.
No os niego que iba con algo de miedo: pues eso de encontrarme con compañeros del colegio que hacía más de 10 años que no veía, ni ellos a mí, tenía su riesgo. ¿Me verán tan calvo que no me reconocerán?
Ayer fue un día muy feliz para mí. El reencuentro con viejos amigos fue fantástico. Lástima que en tan poco tiempo no pude hablar todo lo que me habría gustado con cada uno. Ayer fui un poco más consciente de la cantidad de buenas personas que están repartidas por el mundo, y de la buena influencia que han tenido muchas de ellas en mí. Buenos amigos que por contagio me han hecho a mí algo menos malo. Viejos amigos a los que nunca olvidaré, y a los que desde este blog (casualidades de la vida: uno de ellos sabía de mí precisamente por este blog) quiero decir: gracias.

miércoles, febrero 27, 2008

Primer contacto con la radio

Hoy iba a ir por primera vez a la radio. No es por presumir, pero es uno de los pocos medios de comunicación en los que no he hecho aparición; ya que he estado en unas varias ocasiones en la televisión, he salido en los periódicos, y hasta hace poco salí en el Hola, junto a la Infanta Elena (que nadie se lleve a engaño: siempre he salido de refilón, por pura casualidad). Salvo una vez, que estuve en el Diario de Patricia. No me da vergüenza confesarlo (bueno, un poco). Fui a uno de los primeros programas que emitían. Nos dijeron que era un programa de debate, y allí fuimos mi padre y yo ha hablar sobre las relaciones paternofiliales. Más tarde me di cuenta de que nuestro papel en el programa era el de prototipo de "familia tradicional", hijo de un padre y una madre, que se dedicaba a estudiar y que no se corría juergas con su padre. Supongo que por eso nos llamaron (ya os podéis imaginar lo poco que participamos en el programa, ya que no le veo yo el morbo por ninguna parte a una familia normal, que por otra parte estoy convencido de que son la mayoría).
Bueno, que me enrollo. El caso es que íbamos a ir a Onda Fuenlabrada. Me hacía mucha ilusión. Íbamos un grupo de cuatro, que hemos acabado llamándonos "Cuadrilátero", para una entrevista, como si fuéramos algo (cuando hoy era la primera vez que realmente íbamos a coincidir los cuatro).
Un colega pediatra del hospital, que es escritor, me dijo que iban a recitar poesía, y que querían que alguien tocara música de fondo. Yo acepté de buen grado, aunque un pelín temeroso, ya que entre los cuatro hay uno que aparte de poeta es músico y compositor profesional, y ya me diréis qué pinto yo tocando cuatro acordes chuchurríos a su lado.
Esta mañana, cuando nos dirigíamos al programa ha llamado la presentadora comunicándonos que por un problema técnico no nos iban a poder hacer la entrevista: un pequeño chasco.
De todas formas aprovecho para invitaros a la actuación que daremos el próximo 10 de marzo, a las 19:30 en el café Libertad de Madrid (C/ Libertad, nº 8). Estáis todos invitados.
Y os dejo una melodía que grabé hace poco, que sonará de fondo en una de las poesías, para ir abriendo boca...


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miércoles, febrero 20, 2008

Agente 93/80452

Querido agente 93/80452:
Mira, no te lo tomes a mal, pero yo cuando firmo un informe, aparte de mi número de colegiado, escribo mi nombre completo. Me encantaría dirigirme a ti por tu nombre de pila, pero no puedo, porque en la triste multa que me has puesto sólo consta como referencia, así, fríamente, tu número de agente: 93/80452.
Como probablemente desconozcas las causas que te han llevado a ponerme esta multa sólo quería escribirte para que las supieras. Tal vez algún día se te ocurre escribir en google tu número de agente, y tal vez encuentres esta página. Así podrás leerme e incluso, si te place, contestarme.
Era una fría tarde de enero. Había decidido ir con mi mujer y mis tres hijos a visitar el Árbol de los Deseos del Parque del Retiro. Después de aparcar miré en mi cartera, y sólo tenía monedas de 1 y de 2 euros. Eché un par de monedas de un euro en el "atracador automático", pero por un extraño motivo, que desconozco, estas máquinas no son capaces de dar cambio, así que me conformé con echar un euro.
Tuvimos que esperar unas dos horas de cola para poder entrar en el Árbol de los Deseos. A la entrada te daban un globo en el que con un rotulador escribías tu deseo.
No fue lo que se dice un plan espectacular, pues esperar dos horas para pintar un globo y soltarlo no es algo especialmente apasionante. Pero estando en familia no importa, porque siempre se pasa bien.
Volvimos camino del coche comentando nuestros deseos.
Querido agente 93/80452, tal vez no te interese saberlo, pero tu multa no ha sido inútil, me ha servido para descubrir algo: que aquel Árbol de los Deseos es falso. Como vi que se había hecho tarde me limité a escribir mi deseo: "que no me pongan multa, pues se me ha pasado el ticket de la hora".
La multa la pagaré con gusto, pero voy a escribir a Gallardón pidiéndole que me devuelva mi parte de impuestos dedicados a comprar aquel árbol. Un árbol muy original, pero falso.

sábado, enero 26, 2008

Cambiando el titular

Reconozco que en un arrebato de vanidad he ido a visitar mi blog. Y leer lo de Feliz Navidad me ha sonado tan raro que me he dicho: tengo que escribir algo, aunque sea una tontería -casi todas la son- para cambiar este titular. Aunque luego he pensado que es mejor prolongar la Navidad, que no adelantarse dos meses a ella, como hace El Corte Inglés. Y perdón por alusiones tan concretas, y no querría yo hundir a El Corte Inglés en la miseria por culpa de mi blog, porque los trabajadores necesitan un sueldo con el que alimentar a sus hijos. Pero voy a aprovechar para contaros uno de mis "problemillas", que tal vez alguien me resolviera si me fuera a un diván y expresara todo lo que me sugiere El Corte Inglés (a partir de ahora ECI, para abreviar).
El caso es que a mí antes me daba un poco igual, pasaba por delante de sus edificios, los veía sin admiración aunque sin desprecio; pero de un tiempo a esta parte tengo serios problemas sólo por el hecho de estar cerca de su territorio, que por cierto cada vez es más amplio.
Todo empezó cuando me eché novia, y no querría echarle yo la culpa a la que fue mi novia, y ahora es mi mujer. Pero creo que ella tenía cierta atracción a pasear por sus pisos (sé que debería decir plantas). Y no os creáis que exagero, pero cuando ahora entro en sus fauces (las de ECI, no las de mi mujer) siento el sopor de la mezcla de colonias y perfumes que las azafatas, que eso me parecen, desprenden con su continuo movimiento de abanico tras perfumar unas barritas finas de cartón que te meten, en cuanto te descuidas, hasta la pituitaria. Yo empiezo a sudar, tengo ganas de gritar, quiero salir corriendo de allí, pero poco a poco, entre el olor, el ir y venir de las gentes, y el "dindondin" de la megafonía que anuncia las maravillas que se ofrecen en tal o cual planta, voy quedando en un estado de estupor que me impide huir. Miro al frente, trato de seguir a mi mujer, tal vez devuelvo con sonrisas las miles de sonrisas que recibo de unos vendedores sedientos de mi cartera; y sólo unos minutos después de salir de allí empiezo a recobrar la consciencia.
Sé que soy un desalmado. Debería estarles muy agradecido: son los primeros en felicitarme por mi cumpleaños, aunque lo hagan una semana antes, con una carta fría y una firma mal serigrafiada del que, creo, es su director.
En fin, no he aportado nada a la ciencia, pero he conseguido cambiar el titular.
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