lunes, septiembre 24, 2007

Tiro una toalla

Quizá sea porque no me encuentro en un buen momento, tal vez porque llevo un mes y medio pasando las consultas de pediatría de la mañana y la tarde en un turno extraño, quizá porque hoy diez de los pacientes que tenía estaban mal citados y les habían dado cita para mañana aunque le han dicho que era para hoy, o tal vez porque si sesenta pacientes eran pocos no han faltado los que acuden "sin cita", que no "de urgencia". Todo esto me ha llevado a tomar una decisión (sé que no deben tomarse decisiones en momentos de gran implicación emotiva), así que he decidido tirar una toalla.
La primera discusión con una madre, porque no le mandaba nada para quitar a su hija las flemas; pero yo no soy de los radicales, que tampoco me cuesta tanto recetar un mucolítico. Exigente me ha contado eso de que ella paga todos los meses para una buena atención. Le he aclarado, que con lo que paga, en concreto, hoy tenía derecho a cuatro minutos de asistencia (por supuesto me ha robado más de diez). Después una mora, sin cita, porque a su hija le dolía la garganta y tenía fiebre. Tras explorarla, y ver en ese momento una garganta absolutamente normal, he pensado que lo razonable era darle un analgésico, y que en caso de que estuviera peor pidiera cita y la volvía a ver. Pues la buena mujer no estaba nada satisfecha, ella ya sabía que cuando empezaba así al final necesitaba antibiótico. Nunca lo había hecho pero hoy lo he hecho: le he firmado una receta en blanco y he dejado que se pusiera el tratamiento que le diera la gana. Después otra mora me pedía un informe para que dijera que su hija no podía vivir en una casa en la que está viviendo porque tiene mucha humedad; me ha enseñado unas fotos (que tampoco me han llamado especialmente la atención) y le he explicado que me temo que esa no es mi misión (tampoco parecía conforme).
Sé que pagan justos por pecadores, sé que algunos estarán contentos con mi forma de entender la pediatría; pero estoy cansado de recetar todos los lunes una docena de antibióticos porque durante el fin de semana han acudido al servicio de urgencias, en los que por supuesto no hay un solo pediatra, y consiguen ver patología con necesidad de antibiótico mayor de la que yo veo en una semana.
Pues bien: ya no puedo más. Supongo que es el comienzo de eso que me decían hace tiempo: en la primaria te vas a quemar...
Yo no voy a luchar más por una educación sanitaria que los fines de semana me tiran al traste, yo ya no voy a decir eso de que los mucolíticos, los antitusígenos y los descongestivos no han demostrado su utilidad en los catarros de vías altas; seré mucho más permisivo a la hora de recetar un buen antibiótico... Y terminaré así una larga lucha en la que lo crean mis pacientes o no, trataba de ofrecerles lo que pensaba que era mejor para sus hijos, sacando tiempo de donde no lo hay para poder estar al día. Porque me he dado cuenta de que la población no quiere eso. La población ve que su hijo tiene un problema y quieren un fármaco, un remedio mágico, algo que le quite ya el sufrimiento, (físico, claro, porque del dolor psíquico que supone una separación, y es que cada día son más frecuentes, no sé si se preocupan tanto).
La atención primaria se está quedando sin pediatras, y a pesar de que algunos médicos se niegan a reconocerlo, la atención pediátrica es cada vez peor. Pero a los pacientes eso les da igual, porque prefieren mil veces irse a casa con un antibiótico que no sirve para nada, que con una explicación de la no necesidad de sobremedicar a sus hijos.
Pero esto no significa que dejaré de ser buen médico (si es que alguna vez lo fui) sólo que seré peor de lo que era, para satisfacer el ansia de medicamentos de los padres, un ansia que no he sido capaz de encauzar (creo que si lo conseguí en el otro centro en el que estuve). No tiro toda la pediatría por la borda, tan sólo tiro una toalla, que tal vez con el tiempo vuelva a recoger.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola! Soy R1 de pediatría, y aunque acabo de empezar me he dado cuenta de que algunos padres llegan a ser insoportables. Van al medico para q el niño salga de alli curado, asi q cualquier explicacion q no se lo solucione no sirve. De todas formas, te animo a q no tires la toalla, que yo quiero aprender d gente q haga las cosas bien. Respira hondo y mucha paciencia. Luna.

Anónimo dijo...

Eres un buen médico y por haber tenido un día duro en el que has hecho algo que no harías generalmente eso no tiene valor relevante.

Ánimo y ya verás como mañana es un día mejor!!!

Un abrazo,

Susana

Anónimo dijo...

Soy R2 de pediatría. Yo llevo poco tiempo en esto y ya estoy quemada de la especialidad. De las exigencias de los padres y de las guardias agotadoras en las que no paras porque a los padres se les ocurre ir porque el niño lleva "media hora con fiebre" o "le duele la garganta" o porque "tiene mocos y viene antes de que se le agarre al pecho", sobre todo cuando vienen a las 5 de la mañana y con exigencias. Y encima, que muchos te pongan mala cara porque sólo les mandas antitérmicos o suero oral en las GEAS. Yo me planteo muchas veces hacer otra especialidad al acabar ésta y más cuando veo a gente como tú así de quemada

Anónimo dijo...

Lo haces muy bién y sigue así pero no te cabrees porque te joderan las coronarias. Tú a todo que sí. Antibiótico al niño y a la madre de paso y no te calientes porque es peor. Sales perjudicado, te ponen reclamaciones, sufren tus coronarias y no duermes. SÍ SEÑORA, LO QUE USTED DIGA SEÑORA.....Y cuando te canses una baja de 3 semanas por virasis y a descansar y relajarte.

Anónimo dijo...

Si podeis poner privada que es totalmente diferente. No exigen. Son pacientes incondicionales.Cumplidores y comprensivos al 100%. Da mucho dinero y satisfacción personal de tu trabajo y de paso eres el dueño de tu consulta sin tener que aguantar a 60 niños diarios porque te lo manda un gerente de despacho.
Es la experiencia de 20 años en la profesión haciendo pediatría.
No os agobieis.Buscar otras soluciones...que las hay y a mogollón.

Anónimo dijo...

¡Ah! Y sin una asquerosa guardia de sábados ni festivos.

Gonzalo dijo...

Muchas gracias Ximo por tus sabios consejos.
Me alegro de ir leyendo tu recuperación en tu blog.
Gracias a todos por vuestro ánimos.

Anónimo dijo...

Yo tambien me quemé al poco tiempo de empezar la especialidad, aunque la terminé pensando en la privada.Al final,sólo he trabajado en la pública(4 años),pero estoy como loca buscando sitios para pasarme a la privada porque ahora,en Madrid es un momento estupendo para nosotros.Yo,desde luego,paso de pelearme con la gente porque me afecta mucho y me llevo a mi casa el cabreo.Creo el médico funcionario es visto como eso,como un funcionario,y por tanto lo mejor es comportarse como tal(al menos en primaria,cuando tienes que ver 60 en una tarde)....en fin,una pena...

Unknown dijo...

Pues yo como madre te pido que no tires la toalla. Al menos no con todos.
Yo me he topado con buenos pediatras muy quemados, y es desesperanzador estar preocupada de verdad por la salud de tu hijo y que pasen de ti. Es deprimente explicar un cuadro clínico al mínimo detalle y que se encojan de hombros... y que el niño siga mal un día, y otro, y otro..
Necesitamos pediatras como tú. No tires la toalla, por favor.

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