Creo que no es justo que después de una mala época no me haya parado un rato a escribir lo bien que estoy. Tal vez forma parte de la tendencia del ser humano (o tal vez sea sólo una tendencia mía) a quejarnos cuando corren malos tiempos. Ya alguna vez hablé del efecto devastador de la queja.
En este tiempo de cambio profesional he releído un libro que hace mucho me recomendaron y que en su día leí: Quién se ha llevado mi queso. Sé que debería subrayar el título, lo que no tengo tan claro es si tengo que poner más palabras del título en mayúsculas, pero lo de subrayar no lo encuentro. Si queréis puedo escribir en color, porque veo que en la parte de arriba hay una T con colorines, pero no encuentro ningún signo para subrayar. Se me ocurre una posibilidad, que es escribir en Word, subrayar, copiar y pegar. Así que lo voy a intentar...
Quién se ha llevado mi queso, ya veis, todo un éxito, lo que pasa que ahora no sé si voy a poder quitar el subrayado....
Ha sido más fácil de lo que me esperaba. Aunque he tenido que volver a utilizar la artimaña de copiar y pegar, porque no había forma de deshacerme del subrayado.
Bueno, el caso es que es un libro breve y muy interesante. No dice grandes cosas (o tal vez diga grandes cosas de una forma sencilla), y una de ellas es que hay que oler el queso, y cuando el queso está rancio lo que hay que hacer es ponerse en marcha y buscar un queso nuevo.
Yo reconozco que he tenido suerte, y lo he encontrado sin mucha dificultad. Y me parecen muy lejanos aquellos lunes de 65 pacientes en los que volvía a casa a las 21:30 de la noche, con el ánimo regular y sin mucha sensación de satisfacción laboral.
Pues bien, como ahora corren buenos tiempos tengo que estar agradecido. Estoy disfrutando con la Medicina como hacía mucho que no lo hacía. Y se lo tengo que agradecer a mucha gente, pero entre ellos a mis compañeros del hospital en el que estoy: gente fabulosa todos ellos.
El queso de la Pediatría de Atención Primaria en turno de tarde está rancio, muy rancio. Y no basta con quejarse. Creo que hasta que el queso cambie hay que buscar otro. Y con esto no pretendo una estampida de pediatras de primaria (bueno, de médicos de familia haciendo pediatría, que es lo que cada vez se estila más), pero me deprime seguir leyendo de vez en cuando el foro de pediatras de Atención Primaria y leer a diario las quejas de mis compañeros, desesperados, pero no parece que muy dispuestos a buscar otro queso. Y es que hay un problema, que cuando estás dentro no te das cuenta de que tal vez no sea tan difícil estar en un sitio mejor.
A fecha de hoy no volvería ni loco a una consulta de pediatría de tarde. Antes montaba una clínica privada. La Seguridad Social no se sostiene, y como ya he comentado en alguna ocasión, habrá que reconocer la parte de culpa que médicos y pacientes tenemos en ello.
Me estoy enrollando y no estoy contando muchas cosas que quería deciros. Pero, al menos a mí me pasa, cuando veo una entrada muy larga en un blog me cuesta más empezar a leerla, así que aquí lo dejo.
Por último os pongo aquí esta foto. Me la hizo mi hermano el otro día. Os lo tendréis que creer, pero uno de los que está ahí subido soy yo. Fue una experiencia formidable, acorde con mi estado de ánimo actual, lleno de ilusión.
La noche anterior sólo pensaba que aterrizaría sobre un pinar, y que una rama me atravesaría desde el bazo hasta el psoas. Como os podéis imaginar finalmente no fue así.
4 comentarios:
Hay que ver que empiezas hablando de lo bien que estás y terminas criticando la Salud Pública jajaja
¿Qué os pasa a los pediatras que estais cantando alabanzas de la especialidad por todas partes?
Se os ve (a ti y a tu compi de "http://nodigona.blogspot.com") muy ilusionados xD
No creo que la mayoría de los pediatras canten alabanzas de la especialidad, por desgracia, Porque es una especialidad bonita como ninguna; pero conozco muchos pediatras que trabajan en malas condiciones, fundamentalmente por el exceso de demanda.
Hola, Gonzalo. Encontré tu blog de casos clínicos por casualidad, y me encantó. Me alegro de que te hayas animado a volver a escribir aquí, al parecer la clase médica tenemos cierta predisposición a airear nuestras inquietudes por escrito... no hace falta buscar mucho para darte cuenta de que la blogosfera está llena.
Siento decirte que no comparto contigo el entusiasmo por el texto que mencionas. Lo cierto es que el tío se hizo millonario explicando al mundo lo que todos sabemos: que los cambios, o los provocas tú o no van a producirse nunca. Yo misma, cansada de la primaria, me he vuelto a presentar al MIR. Pero, no te lo pierdas: ¡MI PRIMERA OPCIÓN ES PEDIATRIA!!! :DDDD
Saludos.
Yo soy médico de familia y tampoco me gustan los turnos de tarde.
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