Desde hace poco “tenemos chico nueva en la oficina”. Goza de la frescura de la juventud. Y hablando con él me comentó que alguien le dijo (o sea, que a saber cuál es la verdad) que para ser el pediatra perfecto hacen falta tres cosas:
1. Haber hecho el MIR
2. Haber trabajado en atención primaria
3. Tener hijos
Y reconozco que me pareció muy acertado. Tal vez me lo pareció porque cumplo todos los requisitos, y claro, así es fácil ponerse de su lado.
Y es que en pediatría ocurre que hay muchas dudas de padres que resuelve el sentido común. Pero como cada vez andamos más escasos de éste (porque estamos más preocupados de nimiedades de última generación) el ser padre o haber trabajado en atención primaria te ayuda.
Hace un tiempo pensaba escribir una entrada sobre preguntas que no tienen respuesta (o para las que yo no la tengo); y precisamente hoy unos padres me han hecho las tres preguntas en una misma visita.
¿Cuándo le puedo cortar las uñas?
¿A partir de cuándo hay que bajarles “el pellejito”?
¿A partir de qué edad se les puede poner en sillita en vez de en cuco?
Desconozco que haya estudios científicos que resuelvan estas cuestiones. Pero voy a arriesgar con mis respuestas:
Las uñas se pueden cortar cuando están largas. Depende del pulso que se tenga. Yo a este tema nunca le he concedido ninguna importancia. Alguien me dijo alguna vez (supongo que durante la residencia) que no era bueno cortarlas muy pronto porque se le podía hacer una herida al niño y como inmunológicamente están un poco “verdes” es más posible que se pueda infectar. A veces he esgrimido este argumento, pero reconozco que con poco convencimiento. Aunque reconozco que no hace mucho, pasando visita a los recién nacidos, había uno con una erosión lineal sospechosa en el pulpejo del dedo índice. Cuando pregunté a la madre me confesó avergonzada que es que le había cortado las uñas…
En cuanto a lo del “pellejito” me temo que si hubiera estado más tiempo en atención primaria habría realizado la primera investigación seria sobre el tema. Personalmente creo que la fimosis es independiente de las tracciones que se realicen sobre el prepucio. Son como las convulsiones febriles: el que esté de hacerla la va a tener. Y no sé si es mucho más importante que salga el glande a los 12 meses que a los 5 años. Sí que he visto fimosis brutales secundarias a retracciones generosas de profesionales con iniciativa en edades tempranas.
Por último lo de la sillita no sé dónde aparece escrito. Ahí sí que les digo que hagan lo que les dé la gana. Aunque una vez tomé partida: a una madre que llevaba a su niña de 9 meses en el cuco (no recuerdo si tenía algún velcro en la espalda para impedir que se sentara y asomara su cabecita) le recomendé la permitiera ver un poco de mundo (aunque con la que está cayendo parezca que no hay mucho que ver…)
5 comentarios:
Une entrada llena de sentido común. Por cierto el libro de consejos que yo usé cuando era madre recién estrenada me enseñó a cortárle al bebé las uñas mordiéndoselas tú, en vez cortarlas con tijera o cortauñas y puedo decir que efectivamente es muchísimo mas facil!!!
Gracias
Completamente de acuerdo. Sólo difiero en lo de las uñas: yo les contesto "cuando puedas" ;-). En cuanto a la experiencia de haber trabajado en Atencion Primaria y ser padre estoy complementamente de acuerdo; la experiencia es un grado.
es que la primaria te da otra visión de la pediatría es como una desconexión del mundo hospitalario y una abducción de la puericultura...
Gonzalo, como hace tiempo que no me pongo en contacto contigo por tu blog no sabes que estamos esperando a nuestro primer hijo para Octubre... Y que los artículos como éste me van a venir genial!!!. Así que te ruego que continues de vez en cuando por esta linea, yo como madre novatísima te lo voy a agradecer mucho.
Un abrazo, Elimary.
Me ha alegrado mucho tu buena nueva, Elimary. Un abrazo muy grande.
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