jueves, marzo 17, 2011

Los residentes de ahora ya no son como los de antes

Si alguien piensa que es imposible alegrarse una guardia cualquiera a las tres de la mañana: está equivocado.
Hace unos días (tal vez debería escribir meses) estaba en una guardia cualquiera de un día cualquiera a las tres de la mañana revisando el correo (a la espera de algún resultado de alguna prueba, supongo) cuando leo un mail de que por fin nos habían concedido residentes de pediatría en nuestro hospital (debería escribirlo en singular).
Y reconozco que fue una tremenda alegría. Me gusta la docencia. Tengo muy reciente en el recuerdo –no tanto en el tiempo real- mis años de residencia. Son años en los que te comes el mundo, aprendes sin parar, te ilusionas y desilusionas varias veces. Y como muchos eché en falta algunas cosas. De ellas tal vez la más importante fue el refuerzo positivo. Se cuentan con los dedos de una mano (como mucho las dos) los momentos en los que escuché comentarios positivos sobre mi actividad en la residencia. Tal vez tampoco di yo pie a que pudieran decir mucho más, pero tampoco pasa nada por fingir un poco para animar a los demás.
Desde que estoy al otro lado (pues en la medicina está muy diferenciado el binomio adjunto-residente) he visto cómo los que nos hacemos adjuntos pasamos tan impunemente a este lado. Qué pronto olvidamos aquellos detalles que nos parecían injustos. Y un comentario que no paro de oír últimamente es ese de: “los residentes de ahora ya no son como los de antes”. A mí estas frases me repugnan. Lo siento. Será que tengo muy presente el recuerdo de los mayores despotricando de la juventud. Si fuera así supongo que quedará ya muy poco para que este mundo decrépito muera por ineptitud global mundial. Ya que si cada vez los jóvenes no son los de antes.
Sólo recuerdo que a Gila sí que le doy la razón. Él decía que los jóvenes de ahora no son cómo los de antes. Que él a los jóvenes de antes los ve ahora calvos, barrigudos, sin dientes…
Yo me niego a pensar que los residentes de ahora no son como los de antes. Como ocurre siempre: habrá de todo. ¿No hace falta acaso mayor nota ahora para entrar en Medicina que antes? Si yo me hubiera presentado a hacer Medicina ahora, no habría tenido nota suficiente, y probablemente estuviera escribiendo el blog del biólogo humanista, o algo así.
Hace no mucho supe cómo un jefe de servicio se quedaba escandalizado ante el embarazo de una residente. Como si hubiera cometido una especie de delito, o algo así. Ese jefe probablemente no sabe que ponerte en cuclillas, saltar como una rana o hacer una pirueta torpe puede hacer brotar una carcajada a tu hijo de ocho meses, y que probablemente (¡seguro!) esa satisfacción es mucho mayor que tener 100 publicaciones en The New England Journal of Medicine.
De todas formas no tardaré mucho (todavía algo más de un año, pero el tiempo corre que vuela) en conocer a nuestro residente. Y si alguna vez leéis una entrada lamentándome de los “residentes de ahora” no dudéis en bombardearme a comentarios obligándome a releer esta entrada y a rectificar.

1 comentario:

Suu dijo...

Me encanta el refuerzo positivo y es una pena que lo haya aprendido ahora que soy madre, porque es algo que nunca suele hacerse y lo necesitamos en todas las épocas de nuestra vida.

Prometo echarte la bronca como despotriques en el futuro

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